viernes, 10 de marzo de 2023

 

POESIA Y DRAMA

Yo quisiera  ser mi río Guadalhorce

Que riega toda la vega  de naranjos y limoneros

Desde  la agarena Alhóndiga labrantía

Al bello realengo de la famosa  Mesta,

Por la que, otrora, se desplazaban

Los rebaños de merinas hacia los pastos sureños

Desde  la bastedad de las tierras castellanas.

 

España tiene una emotiva y enjundiosa Historia

Que arranca en  aquella época gloriosa

De Isabel de Castilla y Fernando de Aragón

Que la hicieron de un común destino universal y,

La elevaron a dilatado  Imperio de aquende y allende el mar

En cuyos confines, dicen los anales, “nunca se ponía el sol”.

 

Yo amaré  siempre a mi  España UNA, la de Isabel y de Fernando

Que  hicieron gloriosa y fraterna Historia del orbe

Que España  misma descubriera en aras de la humanidad,

En donde  indios y españoles se parearon y crearon el único mestizaje

Que en el planeta colonizador tuvo jamás  ninguna otra nación.

 

Y también, cómo no, me siento hijo entrañado de la Cártama que,

 Pese a su humilde entidad urbana, diole al mundo entero preclaros personajes  

Que hicieron pueblo y patria por donde quiera que el destino los llevara.

De Cártama fue el centurión  de Emaus, el gran amigo de Cristo,

En cuya casa, la cartameña Claudia Prócula, esposa de Poncios Pilatos,

Entabló dulce amistad cristiana con Jesús de Nazaret, a quien intentó salvar

Cuando su esposo, el gobernador romano, se “lavó las manos” dejando que el voltario

Populacho condenara a muerte en Cruz “democráticamente” al Justo por antonomasia y

Liberara de morir en ella, al corrupto ladrón, el Barrabas de entonces, nefando antecedente

De las veleidades de la Historia, que con excesiva frecuencia se repite.