ANTIGUAS NOCHES DE CÁRTAMA
(Evocaciones apasionadas sin rima)
En la noche con guiños de estrellas y cri cri de grillos,
estremece al ánima el maléfico chirrío de una lechuza;
en lontananza, desde las eras, llega un ladrar de perros;
y, entre sombras, atisban pardos muchuelos cejijuntos.
Tarabitea el molino harinero en el centro del pueblo,
y una fantasma hace guardia a los que pelan la pava
cabe los chumbares oscuros del viejo Toledillo
mientras repica en la oscuriá un lejano cencerro arriero.
Huele el pueblo a heno, a panes y a cabrerizas lecheras,
mientras sube del río un frescor de sotos y cañaveras
con rumores de platillos de carretas camineras.
Conforman al pueblo del alma, un cuadro de misterio
sosegado con un dulce sonar de gramolas de tabernas,
que regalan los bellos cantes de nuestra tierra buena.
(Evocaciones apasionadas sin rima)
En la noche con guiños de estrellas y cri cri de grillos,
estremece al ánima el maléfico chirrío de una lechuza;
en lontananza, desde las eras, llega un ladrar de perros;
y, entre sombras, atisban pardos muchuelos cejijuntos.
Tarabitea el molino harinero en el centro del pueblo,
y una fantasma hace guardia a los que pelan la pava
cabe los chumbares oscuros del viejo Toledillo
mientras repica en la oscuriá un lejano cencerro arriero.
Huele el pueblo a heno, a panes y a cabrerizas lecheras,
mientras sube del río un frescor de sotos y cañaveras
con rumores de platillos de carretas camineras.
Conforman al pueblo del alma, un cuadro de misterio
sosegado con un dulce sonar de gramolas de tabernas,
que regalan los bellos cantes de nuestra tierra buena.