miércoles, 4 de noviembre de 2015

LA VERDAD CULTURAL CARTAMEÑA: ENRIQUE LÓPEZ ALARCÓN (Cártama,1881 Habana 1.948)


                                                                     
A mi erudito amigo,Gerardo Hernandez Les,  tan conocedor de las nobles causas y personajes que avaloran y les da pátina a los pueblos,  le dedico este primer reportaje sobre  un hombre insigne de las letras y la política españolas, de cuna cartameña, muerto en el exilio, y que su pueblo tiene olvidado, por lo que es susceptible de recuperar su memoria y su obra. 
                                                              

( DRAMATURGO E INMENSO POETA DESCONOCIDO DE CÁRTAMA, SU PUEBLO)                                                                                                                                         Mas no podemos ofrecerte flores,
que en abril, esplendente primavera,
se fueron a formar los tres colores
que esmaltan el cendal de la bandera;
pero... aún le queda al vate la jornada
del poema de España libertada."

¡A PEPE GONZÁLEZ MARÍ, SU GRAN AMIGO Y PAISANO!

Caminos de  Andalucía...
rueda un rumor de guitarras,
de cante y de fantasía...
y Cadiz dice el tango,
y Huelva dice el fandango,
Córdoba la bulería...
y Málaga dice el rango,
el rumbo y la bizarría. 
Y tú, Pepe González,
bordas los campos de flores
y de cantes los caminos...
Lentos los de los molinos,
vivos los vendimiadores,
los de la trilla cansinos...
Tierra que canta la pena
porque la abruma el misterio
de que una "mare" tan "guena"
tenga al maruido en la "trena"
y al hijo en el cementerio...
             Enrique López Alarcón (Republicano muerto en el exilio).
                                                                                             
         El poeta, dramaturgo, empresario teatral (Director del Teatro Español de Madrid) y periodista, Enrique López  Alarcón, cartameño  virtualmente nacido en  Málaga (nieto de José Alarcón Luján), avalora  con su obra y actividad artística su  pueblo de nacencia, Cártama, siendo por ello, y en  justicia de patria  chica, susceptible  de ser recuperada su memoria y biografía (ya iniciada), en beneficio de nuestro patrimonio histórico- cultural. Cártama tiene la inmensa fortuna de contar  entre tantos otros personajes egregios de incidencia nacional,  con este hijo  de hondo  calado en la literatura y el periodismo español e internacional de su época.
         Al  terminar  la aciaga guerra civil de 1.936-39, se exilió en Panamá, Santo Domingo y Cuba, país  en donde murió con nostalgias de terruño.    .
         Fue un representante del teatro poético iniciado en España a principios del siglo XX por Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina, continuado, entre otros, por  Goy de Silva, Luis Fernández Ardavín, Joaquín Dicenta, Joaquín Montaner, Ramón de Godoy Sala, Antonio y Manuel Machado, Fernando López Martín, Pedro Muñoz Seca y Miguel Echegaray. En su exilio, como otros intelectuales en  la misma tesitura,  tuvo que dedicarse  al periodismo.
         Cuando Villaespesa volvió de América a España,  enfermo y abatido, López Alarcón le organizó un homenaje en el Teatro Español de Madrid (que dirigía) el día 25 de enero de 1932, al que asistió el presidente de la República, Aniceto Alcalá Zamora; intervinieron  Manuel Machado, Eduardo Marquina, Fernández Ardavín, y  el rapsoda cartameño, José González Marín, su paisano y amigo desde la niñez,  recitó  poemas en honor del común amigo y gran poeta almeriense homenajeado.
         Enrique López Alarcón nació  el 22 de junio de 1881;  falleció, en La Habana, en 1948. Cursó sus estudios primarios en Málaga con los jesuitas, desde donde pasó a la Universidad de Granada para estudiar Filosofía y Letras. Con veintidós años se marcha a Madrid, en donde ejerció de redactor de numerosas publicaciones: La Época, La Tribuna, El Nuevo Evangelio, El Mundo, El Intransigente y La Mañana. Fue fundador de La Gacetilla y del periódico literario Gil Blas y, como quedó dicho, director del Teatro Español de Madrid.
          Durante la guerra civil, en coherencia con su espíritu libérrimo   y bohemio,  frecuentó los círculos anarquistas, colaborando en sus periódicos. En su exilio, tras breves estancias en Panamá y Santo Domingo, recaló en la Habana en 1940, donde murió dejando una hija mestiza. En los años dominicanos, publicó una colección de sonetos dedicados al dictador de este país, titulada Sonetos a Trujillo.. Ya en La Habana, publicó Soy español (para su amigo y paisano González Marín),  Madrigales y sonetos (1940) y, el poemario Martí (1942); también fue director de algunas puestas en escena del grupo Teatralia.
         En 1,937, en Santo Domingo tuvo ocasión López Alarcón de verse a diario con su paisano, Pepe González Marín quien, con la Virgen de los Remedios, patrona del pueblo de ambos en España,  había tocado en aquella república caribeña en su célebre  periplo poético mariano.  El gobierno del General Trujillo no le dio permitió entonces por obvias sospechas políticas  (después tras la publicación de Sonetos a Trujillo, sí), para acudir a la Habana  el 23 de abril de 1.937 a participar, como otros muchos artistas e intelectuales, en  la singular celebración del día de la Patrona de Cártama, peregrina por aquellas repúblicas iberoamericanas,  que   hubo de celebrarse en Cuba.
          Entre los títulos de mayor relieve de su numerosa obra dramática se cuentan: Golondrinas(1905), Con mujer y sin mujer (1905), La sal de Madrid (1926), Voy a ser cocota (1926), una comedia casi picaresca, de la que el crítico de ABC escribió: "… y si a ello se añade un diálogo pulcro y elegante como corresponde a los prestigios de López Alarcón, fácilmente se comprenderá el agrado con que fue escuchada la obra", Vivir (1929), La Dictadura (1930), Romance caballeresco: Comedia melodramática a la española, escrita en verso en tres actos y un epílogo (1933) y, Los majos del Perchel (1935), comedia lírica estrenada en el Teatro Calderón de Madrid. En colaboración con otros dramaturgos escribió un buen número de obras: con José Ignacio Alberti, Sebastián el bufanda, o, El robo de la calle Fortuny (película policíaca en cuatro actos y en prosa  estrenada en el teatro Romea de Madrid, en 1916), y, El collar de esmeraldas (1918); con Cristóbal de Castro Gutiérrez, Gerineldo. Poema en cuatro jornadas (1909), Los insaciables (1909), comedia picaresca en prosa, en cuatro actos, Las manos largas (1926) y La mano de la reacción,  zarzuela; con Ramón de Godoy y Sala, La Tizona (1917), drama romántico, y La madre Quimera, farsa romántica en cuatro jornadas (1918); con Alfredo Escosura, La Maragata (1931), zarzuela, y con Fernando Alarcón (otro escritor oriundo de Cártama), Paleta,  humorada lírica en tres actos y veinte cuadros que se estrenó en el Teatro Eslava de Madrid el 9 de junio de 1933. Entre las traducciones y versiones escénicas señalamos: en colaboración con otros autores, Fígaro, barbero de Sevilla y El casamiento de Fígaro  de Pierre Agustín Caron de Beaumarchais; Fortunata y Jacinta, versión escénica de la novela de Galdós, Fuenteovejuna, versión de Lope de Vega, y, Piénsalo bien,  traducción de Pirandello. Como poeta su obra fundamental es Constelaciones (1906). Entre sus novelas citamos: La cruz del cariño (1909) y Melilla 1909, crónica de un testigo, diario de la guerra escrito durante las operaciones en el Rif (1911), en que recoge su experiencia como corresponsal de guerra de El Mundo, en la Campaña de África de 1909.
         Este poeta cartameño (aunque nacido, repito,  circunstancialmente en Málaga) muerto en el, seguramente voluntario, exilio (se había casado en la Habana) nos dejó estos versos a la Cuba de Baptista: "Si Cuba libre nos da su leyenda, / clava el pendón y levanta tu tienda. / ¿Dónde encontrar, como hallamos aquí, / yunque y martillo, tambor y trofeo? / ¿Dónde el machete de Antonio Maceo? / ¿Dónde la estrofa y la fe de Martí?" 

            (Resumen de la semblanza, en ciernes, titulada, “Vida y nuerte en el exilio de un poeta cartameño”