viernes, 16 de junio de 2017

MIGUEL PINO, CARTAMEÑO ILUSTRE OLVIDADO

El Diario Sur de Málaga publicó un artículo el día  14 de mayo de  2.017, referido a la joya arqueológica que contiene en bronce el texto de la Carta de Fundación  de Málaga  (LEX FLAVIA MALACITANA) promulgada en el  82 d.C  en la que se contienen las normas jurídicas por las que debía regirse la vida de dicha  ciudad en tiempos del emperador romano, Tito Flavio Domiciano (de ahí,  Flavia); fue encontrada en una cantera de barro para ladrillos en el Ejido en 1.851, siendo el primer dueño de ella la Casa Loring, aunque pasó por varios episodios de propiedad, incluido que  en una subasta estuvo a  punto de  ir al extranjero. Hoy permanece en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

En sínteis, digamos que la primera traducción de dicha pieza arqueológica de incalculable valor la hizo el arqueólogo y científico laurino, Rodriguez Berlanga, pero una nueva traducción, al parecer más fidedigna, se debe al erudito cartameño (muerto prematuramente) MIGUEL DEL PINO ROLDÁN (creo que no ha merecido ni tener una calle en Cártama), profesor que fue de las Universidades de Granada y Málaga. Copio literalmente uno de los párrafos del Artículo de SUR referido a la aportación  de este docto cartameño: "...a punto estuvieron  de ser fundidas dichas tablas en una chatarrería...siendo hoy su valor incalculable... Se espera no se eche en saco roto este propósito de traer la pieza actualizada por el profesor MIGUEL DEL PINO al  Museos de la Aduana de Málaga, lo que se ha pedido también desde el Congreso de los Diputados mediante una proposición no de ley presentada por el PSOE. 

El museo de Málaga cuenta con 17.000 piezas ... en cuya sección de arqueología se contienen  sobre 70 piezas de valor incalculable encontradas en Cártama, entre ellas, y como insignia del museo, el mosaico, "El nacimiento de Venus",  encontrada en calle González Marín en enero de 1.956 cuyo hallazgo tuve la suerte de presenciar y ser testigo de los esfuerzos de José González Marín para que el dueño del inmueble en que apareció, no lo volviera a enterrar y corriera la suerte del silencio indefinido  como ocurre con  otros de gran valor detectados  en Cártama.