domingo, 3 de septiembre de 2017

¡¡VIVA LA PICHA DEL CURA!!

           


            Aquel año  --no recuerdo cual, pero sí con meridiana claridad el suceso y que era, por lo que infiero, de los del comienzo de la década de los sesenta del siglo    pasado--, un  grupo  de personas  pertenecientes al Movimiento de Cursillos de Cristiandad, muy en boga entonces, organizaron varios actos benéficos que sobre chispa más o menos,  venían a ser  lo mesmo que hoy hacen asociaciones, partidos políticos y otras yerbas, recogiendo comida, juguetes etc, para que hermanos pobres comieran algo en Nochebuena en aras de la paz  de conciencias indiferentes durante todo el año. 

            Uno de dichos actos se organizó en colaboración con la emisora, entonces  obligado sahumerio del régimen (como hoy clientes afines  del actual, pero menos disimulado, “Canal Sur”, “La sexta”, etc), “Radio Juventud de Málaga” en donde hacía sus primeros pinitos María Teresa Campos, camisa azul incluida, igualito que  tantos otros (as) a lo largo y ancho de la piel de toro hispana. La verdad es que a todo  esto lo parió un ratón, ¡si lo sabré yo...!

            Tratábase de buscar, como podencos a gazapo, por toda Málaga y provincia, cual  bebé recién nacido (“españolito que al mundo vienes/, te guarde Dios/, una de las dos España/, ha de helarte el corazón”,  que dejó dijo Machado) lo había hecho más  cerca de las 12 de la noche del día 31 de diciembre, esa mediana cronológica que separa el año que viene del que se va.

            El coordinador laico de este embolado radiofónico era  el singular y relioso personaje, Antonio Serrano Carvajal, el mayor de los hijos de una conocida familia malagueña, dueña en Cártama de las célebres fincas, Almotaje y Molino Carvajal heredadas de su antepasado, el  insigne tribuno y político, José Carvajal y Hué, que tan ligado estuvo a Cártama, cosa que no es de hoy dilucidar.

            Antonio Serrano  --alférez  de las milicias universitarias cuando ambos servíamos a Franco (antes se decía al Rey, ahora ni se sabe) en la sección de Justicia del Gobierno Militar a las órdenes de los tenientes Chamorro y Hernández que desde el recuerdo saludo-- desde el micro de la emisora, “huisqui” al costillar (la botella ya mucho más que “esmediá”), no paraba de preguntar a las unidades móviles de cursillistas que en coches ad hoc cernían Málaga y provincia a la búsqueda gozosa del bebé del año: “A ver coche  uno ¿hay novedad?...”, y así,  uno a otro hasta diez, y vuelta a empezar y, a trasegar pirriaque, que  “pa eso estamo en nochevieja”; normal.

            De pronto, el coche cinco pide entrada. Antonio Serrano ante micrófono:  “jip, jip, jip, ¡dime cinco!, jip”, Desde el cinco:  “¡Antonio, hemos dado con un niño nacido en el Materno a las 12 y un minuto, ¡hermanos preparar el hatillo regalo y los obsequios de todo el que quiera regalarle en tan bendita noche...! Antonio: “hip, cómo se llama la madre...” Desde el cinco: “Catalina Pérez, y es una belleza de dieciocho años..., y el niño, hermoso cual  un Niño Dios...¡esto es la gloria hermano, qué chavala y qué niño...!”         Antonio Serrano: “Jiiiip..., ppppero y el pappapadre, jip, cococomo se llama el padre” Desde el cinco: “La madre no lo quiere decir...” Antonio Serrano. “¡Eeeeeso, jip,  no pue se, tenemos que dar el nombre de padre, insístele, jip!” Desde el cinco: “Acaba de bajar Benito y dice que la madre se niega a dar el nombre del padre porque es un cura...”

            Por el micrófono abierto se oyó en toda Málaga y provincia  el ruido de la garganta  de Antonio Serrano trasegar el último trago de guisqui que le quedaba a segunda botella, para a renglón seguido sin más preámbulo anunciar solemnemente:

             --Seseñoras y seseseñores: En el Hospital Clícliclinico de Málaga ha nacido a las doce  y un minuto de esta noche el primer niño de este año. Hijo de una guapa mujer de 18 años y de un cura cuyo nombre aún se desconoce, jip,...señoras y señores: ¡¡¡Viva la picha del cura, jip, jip, jip!!!.


Y ahí enmudeció la radio. Era demasiado…