Tras haber sido homenajeado en varias ocasiones en todos y cada uno de los pueblos de la comarca guadalhorzana, parece que un grupo de cartameños y malagueños van a rendir homenaje a la memoria de José González Marín en su pueblo natal, CARTAMA, el próximo día 22 del mes en curso, septiembre, sábado.
Pero no en el teatro que en el corazón de los cartameños de bien lleva lleva su nombre, y no la cursilada de teatro Carthima como unos desnortados de caletre, parcos de luces, le han puesto, sin que, hasta la fecha, haya sido capaz José Garrido (él es el autor intelectual del entuerto vejatorio y antipueblo culturicídico) de explicar al pueblo, al que tienen sumido en el hazmereir de la provincia y quizás de allende sus lindes, la sinrazón de tal desafuero cultural, a no ser la mezquina envidia y el odio osado e inmotivado. Y quien pretende al más bueno desacreditar no consigue sino dar coces contra el aguijón que diría el fabulista.
Y digo inmotivado porque quienes más tienen que agradecer a José González Marín en Cártama, son los socialistas que, paradójicamente, son quienes más se han ensañado calumniando y llenando de oprobio su inmarcesible memoria.
El homenaje tendrá lugar, pues, según me dicen, en Estación de Cártama. Ya me contará alguien como ha respondido Cártama a tan justo homenaje a su hijo más preclaro: Gran Cruz de Isabel la Católica que le impuso, como el collar de Alfonso X el Sabio, etc, la II República y, el franquismo, la medalla al trabajo, que eso era González Marín, el más esforzado trabajador de los procenios y las candilejas, cincuenta años dando recitales diarios de un arte único y popular en dos sesiones diarias de tarde y noche.
¿Se está usted enterando, Sr. Garrido y compinches? Puede que el pueblo le haga pagar alguna vez en precio de votos, sus chafarrinadas de indigente intelectual, que no otra cosa es manifestar que González Marín "no hizo nada por el pueblo", porque en vez de hacer fábrica para los obreros, se dedicó a llevarse la Virgen que iban a quemar y arreglar después su ermita que sí fue quemada.
Murió a finales de mayo de 1.956 al volver de Madrid a conseguir favores para fabricantes cartameños y al transportista Juan Diaz Carrión, "Pitana". Etc.etc
Murió a finales de mayo de 1.956 al volver de Madrid a conseguir favores para fabricantes cartameños y al transportista Juan Diaz Carrión, "Pitana". Etc.etc