martes, 11 de septiembre de 2018

CARTAMA HOMENAJEARÁ A SU EXIMIO HIJO PREDILECTO

Resultado de imagen de José González Marín

Tras haber sido homenajeado  en varias ocasiones en todos y cada uno de los pueblos de la comarca guadalhorzana, parece que un grupo de cartameños y malagueños  van a rendir homenaje a la memoria de José González Marín en su pueblo natal, CARTAMA, el próximo día 22 del mes en curso, septiembre, sábado. 

Pero no en el teatro que en el corazón de los cartameños de bien lleva lleva su nombre, y no la cursilada de teatro Carthima como unos desnortados de caletre, parcos de luces, le han puesto, sin que, hasta la fecha, haya sido capaz José Garrido (él es el autor intelectual del entuerto vejatorio y antipueblo culturicídico)   de explicar al pueblo, al que tienen sumido en el hazmereir de la provincia y quizás de allende sus lindes, la sinrazón  de tal  desafuero cultural, a no ser  la  mezquina envidia y el odio osado e  inmotivado. Y quien pretende al más bueno desacreditar no consigue sino dar coces contra el aguijón que diría el fabulista.

Y digo inmotivado porque  quienes  más tienen que agradecer a José González Marín en Cártama, son los socialistas que, paradójicamente, son quienes más se han ensañado calumniando y llenando de oprobio su inmarcesible memoria.   

El homenaje tendrá lugar, pues, según me dicen, en Estación de Cártama. Ya me contará alguien como ha respondido Cártama a tan justo homenaje a su hijo más preclaro: Gran Cruz de Isabel la Católica que le impuso, como el collar de Alfonso  X el Sabio, etc, la II República y, el franquismo, la medalla al trabajo, que eso era González Marín, el más esforzado trabajador de los procenios y las candilejas, cincuenta años dando recitales diarios  de un arte único y popular en dos sesiones diarias de tarde y noche.

¿Se está usted enterando, Sr. Garrido y compinches? Puede que el pueblo le haga pagar alguna vez en precio de votos, sus chafarrinadas de indigente  intelectual, que no otra cosa es manifestar que González Marín "no hizo nada por el pueblo", porque en vez de hacer fábrica para los obreros, se dedicó a llevarse la Virgen que iban a quemar y arreglar después su ermita que  sí fue quemada.

Murió a finales de mayo de 1.956 al volver de Madrid a conseguir favores para fabricantes cartameños y al transportista Juan Diaz Carrión, "Pitana". Etc.etc