jueves, 11 de octubre de 2018

12 OCTUBRE ESPAÑA SIGUE VIVA



            El día 12 de octubre España demostrará al mundo seguir viva y con razones para celebrar por plurales y gloriosas efemérides  este día “12-Octubre”. Tampoco este año, como siempre, quedará una ciudad, ni un  pueblo, sin celebrar el día de la Hispanidad y de la Guardia Civil, en el solar hispano. Esta veneración tácita o explícita anida  en el corazón de cada español desde aquel 12 de octubre de 1.492 en el que, tras largo tiempo de singladura por las aguas del océano tenebroso, el  marinero de La Pinta, Rodrigo de Triana gritó desde el palo mayor de su nave: ¡¡¡Tieeeerra!!!, grito que enseguida voceaban los marineros de las otras dos carabelas, en una de las cuales iba el almirante, Cristóbal Colón.

            Pero el freno mayor para los que desean  que España no siga  viva y  con taimada saña quieren fraccionarla, lo constituye nuestra Guardia Civil (que hoy celebran su día, y les  felicito con el mismo ardor con que ellos defienden nuestras vidas y haciendas);  felicitación, que en justicia,  hago extensiva a la Policía Nacional por análogos  motivos y, porque  hace 10 días celebró  también su día.
            Quiero exponer otros motivos, aparte del Descubrimiento de América,  para celebrar esta fecha:

            la primera gramática del idioma  español
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            Día de la Lengua Española,
una de las más hablada del mundo, así acordado  por la Organización de Naciones Unidas (ONU) por ser “un elemento  más de unión y consolidación del mundo hispánico
           
            Y, en aras de la brevedad, a lo dicho voy a añadir esta copa de sabor mariano que atañe de lleno a nuestro entrañable pueblo de Cártama:

              1.936, el rapsoda, José González Marín   ---que llevaba en su zurrón de artista  genial  a la patrona de su pueblo por el “raptada” para salvarla de las llamas de una guerra civil cruenta y despiadada--- había actuado artísticamente en el teatro de Tucumán de Argentina y  al siguiente día, 12 de octubre, él y su ayudante escénico, Antonio López Plana, “Antoñico”  emprendieron su traslado a Chile desde Salta  a Antofagasta para empezar al siguiente día  su campaña en este  país.
            Cogieron el famoso y espeluznante, “Tren de las Nubes”, en el que cruzaron los Alpes con la Virgen de los Remedios en los brazos y una pegatina adherida con una escritura identificativa por si algo ocurría a ellos  la devolviera al pueblo español del que era patrona. La mayor y constante preocupación de González Marín desde que embarcaron en Cádiz, era que a él le pasara algo y la Virgen chiquita de Cártama se perdiera. Y, he aquí el hecho asombroso, que ya más ampliadamente inserto en mi libro, “El Juglar y la Virgen Peregrina”: Durante todo el trayecto por  la altiplanicie andina, un cóndor de enormes dimensiones acompañó volando al departamento en el iba la Virgen cartameña sin desvían en ningún momento la vista de Ella hasta el final del trayecto. Según me contaron muchas veces Pepe González Marín y Antoñico, el cóndor de los Andes sembró en su ánimo una paz infinita y, durante tan aparatosos viaje,  en ningún momento sintieron miedo desde que el enorme pájaro empezó a acompañarles, casi desde que salieron de Salta. Contándome este suceso, mi amigo Antoñico, y lo mismo Pepe González Marín,  no podía ocultar las lágrimas.