jueves, 31 de octubre de 2019

DOS DE NOVIEMBRE


         
                          A mi amigo bueno, Antonio Fuentes, que de versos sabe mucho.

Mientras viene la muerte tan temida,
Yo a escribir y a rezaros, que es mi vivir.
Pero, ¿qué es la muerte tan oscura, tan cercana?
Decírmelo  vosotros  que en ella estáis:
Padre, madre, hermanas de mi alma recurridas.
¿Es acaso la muerte  un encontrar  nueva Vida,
Que ni a imaginar alcanzamos quienes vivimos,
 Como  tampoco sabemos de dónde  venimos?

Nada nos aclara la metafísica y las ciencias
Del misterioso  cielo que empero presentimos
Y de ese tránsito  que es la muerte tan cercana.
Supremas preguntas sin respuestas
Son estas de la sombra inexorable
Que nos obsede desde el nacer
Hasta la misteriosa muerte, tan temida
Que hasta imaginarla postrimera nos aterra.

Y ¿por qué  eludimos el pensar en la muerte
Si ella ha de ser  nuestra eterna hermana
En el profundo misterio de la otra patria tan cercana?
 Acaso…,¡insondable drama! ¿es el paso hacia la  Nada?
Cristo dijo que en El está la vida esperada
Y por eso no es la muerte solamente
Un futuro  de humo, polvo, tierra y ¡nada!
Además, yo a la ciencia pregunto ¿Qué es la nada…?

Así, pues, Dios: ¿Cuál es el  gran día, cuando  nacemos
O cuando inexorablemente Caronte en su barca
Nos lleva, cruzando la laguna Estigia a la otra patria?
¿De dónde, Jesús mío,  me vino la vida, tan querida?;
Tú nos dijiste: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”
Pero,  a donde, ¡Dios!, me lleva la muerte tan cercana.
Entonces, ¿he vivido para morir, o muero para vivir?
Yo lo sé, concluyo: Vivo para vivir porque ¡Dios nos ama!.