miércoles, 3 de febrero de 2021

                 ¿Que qué ando pensando hoy me preguntan ustedes...? Les digo: Viendo lo que estoy viendo se me han helado los consejos de las mientes y, ante ello he recurrido al inocente Quevedo del que infiero es el  soneto  que aquí propongo  a renglón seguido, pleno del inocente cacumen del citado autor. ¿En quién estaría pensando cuando lo escribió el mentado Quevedo...?:


Las leyes con que juzgas, ¡Oh Pedriño!,
menos bien las estudias que las vendes;
lo que te compran solamente entiendes;
y más que al Moñica  te tira el dinerico.

El humano derecho y el divino,
cuando los interpretas, los ofendes,
y al compás que la encoges y entiendes,
tu mano solo para el trinque es hábil.

No te duelen los muertos  del  descuido:
 sólo a compadres de mamandurria proteges, 
y no te valen textos, sino tratos espurios.

Y de intentos y de intereses nunca mudas,
y pronto, como Pilatos, te lavas las manos, 
aunque a ello solo tengas jofaina Abencerraje.