CACIQUILLOS
No pienso,
como me piden, sino que, constato y
sufro “en mis propias carnes”, lo que sigue, previa advertencia que soy
consciente que existen honorables
excepciones.
Cada
político que trinca un carguillo, se convierte en cacique radical. Ellos (así de arrogantes son en su mayoría) no
admiten crítica en caso (frecuentemente en exceso) de caer en flagrantes, e
incluso aberrantes, contradicciones y, hacen
todos una piña connivente y te condenan, o quieren condenarte, al ostracismo y, ni te cogen el teléfono ---¡¡¡que ignorantes de lo que es la democracia
y, faltos de la mínima disposición de
servicio a quienes les pagan lo que ellos se autoasignan (y afanaren) según su
obscena ley del embudo--- ayunos de la más elemental ética social como les exigen la deontología profesional. ¡¡¡Cuanta ilusión perdida en
Cártama también con el PP!!!