Hoy, me cabe la enorme satisfacción de poder anunciar a los visitantes de este blog, con lo que me honran, que, Dios mediante (los días del ser humano no están escritos), con ocasión de mi ochenta cumpleaños en marzo próximo, culminará la redacción y estará listo para que vea la luz, un nuevo libro mío, "ECOS DE LA ALHÓNDIGA", título no definitivo pero que, en cualquier caso, recoge en su sustanciación y en un marco de relatos vivenciales y cuentecillos cortos ad hoc, la ancestral cultura campesina de antaño, por desgracia hoy olvidada, pero que fue la cultura y vida de nuestros mayores.
La Alhóndiga, todos lo sabemos, es un cortijo (en el nació y pasó parte de su vida este autor) que como su nombre indica, fue lonja del trigo en la épòca agarena y, posteriormente cortijo labrantío con sus tierras de riego y secanos, olivar, molino (llamado de Vallejo) y ganadero. Alredor del mismo se desarrollaba todas las tramas campesinas que nutren las páginas de este nuevo libro mío, tras el recientemente publicado"EL JUGLAR Y LA VIRGEN PEREGRINA".
Una característica de esta nueva obra es su vocación de universalidad, pues al describir la vida campesina en torno a un cortijo ribereño del "río del pan del trigo" agareno que baña las riberas de Cártama, lo estamos haciendo también, con muy ligeras variantes, de los campesinos de toda España y de casi todo el mundo: todos se levantaban al mismo ritmo de las estrellas, sabían de la hora por la situación en el cielo del lucero miguero y, se recogían con la caida del sol molidos los huesos por la dura brega; todos lucharon con plagas, inclemencias, riadas, sequías e infinidad de imponderables. En todoslos hemisferios la vida campesina y sus elementos fueron análogos: ¿Qué diferencia había entre el buey guadalhorzano de nuestros mayores y el nicaraguense que de su tierra canta Rubén Darío en el bellísimo poema, "ALLÁ LEJOS", que sigue?:
Buey que vi en mi niñez echando vaho un día...
en la hacienda fecunda, plena de la armonía...
tórtola de los bosques sonoros
del viento, de las hachas, de pájaros y toros ,,,
yo os saludo porque sois la vida mía.
Pesado buey, tu evocas la dulce madrugada
que llamaba a la ordeña de la vaca lechera,
cuando era mi existencia toda blanca y rosada...
NOTA: La fotografía que se inserta arriba es una deferencia del fotógrafo cartameño, Antonio Mancera. Mi total gratitud por ello.