Cártama, pueblo mío, lira oculta,
de mis raíces ya ramaje decadente.
Fuiste tú, tierra madre, hoy extrema,
íbera, fenicia, romana y agarena.
¿Por qué hoy ya no tienes,
como antaño,
hijos de alta estirpe
que tanto te afamaron
allende tus fronteras y los mares,
con sus artes y saberes florecientes,
tu fenicio nombre pregonando,
y dejando estelas de tu historia refulgente?
¡Oh Cártama inmortal, Cártama dura,
doncella mancillada en estos tiempos
en que el río Guadalhorce, hoy pestilente,
desemboca sus miagmas en
el piélago!
¡Oh destrozo infernal de los humanos,
que tornaron tus aguas otrora navegables
y camino de otros pueblos hacia tus lares,
en mero légamo con escorias y gusanos!
(F.B.L)