El
problema lo sufren los pacientes de Cártama desde hace tiempo
pero, aquí y hoy, no se habla en
representación de otros (y menos cuando,
aunque muchos se lamentan “inter nos”, no se atreven a protestar abiertamente en una España ya acomplejada y, “metida
civilmente en un puño”), sino solamente en el propio nombre del matrimonio que
suscribe (ignoramos si en algo le atañe el sangrante entuerto social a los
Servicios Sociales y la empresa de Dependencia): 86 años cada cónyuge,
gravemente enfermos y absolutamente dependientes y sin capacidad motriz.
Por
enésima vez al ir a adquirir alguna
imprescindible medicina (por desgracia frecuentemente) ---hablamos hoy de PRAMIPRESOL 2.1º para la cruel enfermedad de síndrome de piernas
inquietas crónico, amén de otras dolencias como osteoporosis complicada, etc ---se nos dice en FARMACIA, “venga mañana”, para mañana, muchas veces,
decir lo mismo; así entre unas y otras desatenciones a un enfermo grave, lleva hoy cuatro días sin medicamentarse la paciente.
De antemano pedimos perdón, si esta queja en
forma y respetuosa no fuera razonable y prevaleciera alguna razón leguleya y
legalista sobre el dolor de personas inermes muy mayores, sin que ello sea óbice para que
invoquemos de los responsables: Por favor un poco de sentimiento humanitario y
responsabilidad deontológica. Dicho queda, hoy.
Pero
por encima de todo, y como es nuestra norma, nuestro mayor respeto, aunque nos
invada la duda de si algunos procederes
son, en puridad, respetables.