domingo, 8 de abril de 2018

LOS CANTES DEL LABRIEGO


                                     
            Bajaba yo hacia la vega en donde mi padre tenía la era y a cuatro pasos  de ella el sombrajo de  labor y pesebrera de verano. Una vez que crucé la carretera Málaga-Coín y a la altura de las tierras en donde hoy se ubica el campo de futbol que iniciara el entonces  alcalde, Francisco Romero Martín e hiciera posible, José González Marín, me llegaron dejes de  los cantes de “Frasquito de la Codorniz”, que fueron poniendo picas de emoción con aquella voz melódica  inigualable en mi alma.

            Mientras deshierbaba el pegujal de cebada  de su haza de secano junto al camino, Frasquito cantaba con voz estremecida que hacía del trozo del camino hasta la realenga un pedazo de cielo ya cerca del 23 de abril, día de nuestra Patrona:

Virgen mía del Remedio
Tú ere guía de mi vida,
Y hace olvíar  las penas
A este devoto labriego.

Si no fuera por el galápago
que se clava en la cintura
sería  labrar y binar la tierra
el mejor de los trabajos

Manque toquen a rebato
Las campanas del olvío,
No se me olviará  el milagro
Que la Virgen hizo conmigo.

Mi primo sa peleao
Con la novia que tenía,
Y más corrío que una mona
De esta forma le ha cantao:
Eres más fea que Picio,
más mala que Barrabás;
Más negra que Satanás…
Tú tienes malos juicios;
Las narices tan abiertas
Como un becerro acosao;
Tú tienes las patas bizcas,
Tú andas de medio lao.

La Virgen de los Remedios
Fue golondrina en la guerra;
Cuando escuchó los tiros
En un barco se fue a América,
Y cuando acabó la guerra
Volando volvió a Cártama.

Otro día recordaremos a Pitana, Zocato, Carbonero, Ramoliche, etc, también cantaores del terruño.