sábado, 1 de diciembre de 2018

NUEVA RÉPLICA, MUY EN SERIO, AL CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA


            En relación al escrito de Fernando Bravo, cronista "oficial" de la villa de Cártama, sobre  las declaraciones de la familia Alejo, relativas a  la cabeza de la diosa Ceres, publicado en su perfil de la red social Facebook el pasado 20 de noviembre de 2.018,  cumple decir lo siguiente:

            Como cronista oficial ("oficial", conste) de la villa de Cártama, Fernando Bravo, estaría en su obligación y derecho, recopilar todas las declaraciones y escritos que pongan en valor a nuestro pueblo, puedan gustar a algunos o no y siempre con el  rigor y veracidad que, más que a nadie, se  supone a un cronista “oficial”.

            En esta publicación del Sr. Bravo, acompañada por un árbol genealógico de la familia, una fotografía de de la cabeza con los familiares y un  logo utilizado siempre por Fernando Bravo con la inscripción “Diario de un viajero en el tiempo, hace  referencia a las declaraciones de la familia Alejo (intuyo que de los actuales ninguno había nacido cuando los hechos) dando su opinión sobre la entrega de la cabeza de la diosa  al ínclito cartameño, José González Marín. Hasta aquí, todo correcto (al parecer).

            ¿Qué pasa después? Pues que Fernando Bravo, en su escrito citado, entrecomilla un texto que empieza por “En el verano de 1.945…”, terminando con, “…sin ocupar ningún cargo de importancia. Este texto  es una corta y pega (¿cómo no en el cronista que usa tal  recurso con asiduidad), de un texto de Wikipedia, el cual el cronista no hace referencia alguna  (tan preceptivo que, hasta el Presidente del Gobierno y algunos ministros, están en evidencia legal por faltar  al dicho precepto)  aunque  si aparece en  la red social, pero Fernando Bravo no se cuida de  respetar su  referencia de origen. Ello, de  todos es conocido y la condición que evidencia. Si queremos ser serios, conozcamos la poca fiabilidad que se le puede dar a esta  “enciclopedia social digital” tan usada por dicho Cronista Oficial del Municipio.

            Siguiendo con el texto de Fernando Bravo y una vez terminada esta reseña de Wikipedia, continua ni más ni menos: “LO CUAL NOS LLEVA A LA CONCLUSIÓN DE QUE LA ENTREGA DE LA ESCULTURA FUESE A CAMBIO DE ALGÚN FAVOR….” --- temeraria concusión de Fernando Bravo y otros (“nos" lleva). O sea, aquí Fernando Bravo habla en primera persona del plural cuando hace referencia a “nosotros”. No queda claro en el texto a quienes se está refiriendo. ¿A la familia Alejo, al arqueólogo, al Ayuntamiento, a la Asociación Cartima…, o, a todos en una pañeta?

            A los cronistas “oficiales” se les exige imparcialidad y no dar juicios de valor. Puesto que su obligación es recoger crónicas. Refiriéndonos al texto en cuestión, puede dar  la sensación al lector, como así ha ocurrido en gente de Málaga, que esa imparcialidad que se presupone, queda en entredicho por la manera onerosa  con intención lesiva de redactar el texto y sus conclusiones finales que, el autor, Fernando Bravo, hace suyas y de “nos”, otros.  

            No debemos olvidar que esta publicación se ha realizado  en la red social Facebook, donde Fernando Bravo tiene 369 seguidores y cualquier comentario se multiplica exponencialmente. La memoria de aquel genio de las tablas y proscenios, bueno sobremanera amén de egregio personaje con títulos y panegíricos mundiales, nacido en Cártama para  honra de ésta, no merece tales injurias de un forastero de fuera y sus correligionarios nativos.

En otro orden de cosas, y puesto que se adjunta al texto referenciado, Fernando Bravo durante varios años está utilizando un logo para las fotografías y publicaciones en circunstancias antes descritas. Ese logo es la portada del libro  “Diario de un viajero en el tiempo”, escrito por Greg Becker. Como cronista “Oficial” que representa a Cártama y sus gentes, desconocemos si el uso de esta imagen está autorizada, o no, por su autor y, en caso negativo, podría tratarse de un ilícito penal por incumplir la normativa por los derechos de autor con el perjuicio que ello conllevaría a la imagen de la CORPORACIÓN CARTAMEÑA o responsabilidades que les pudiera acarrear.

Para terminar, y esto es una opinión personal, hay muchas formas de escribir y decir las cosas, pero cuando los textos escritos crean confusión u opiniones falaces, es el caso,  la culpa es de su autor y del entrevistado en prensa en tal supuesto. A no ser que esa sea la  intención de lo de marras; vayan ustedes a saber… ¿Se dan ustedes cuenta del daño que le han hecho y están haciendo a la fama cultural y social de Cártama con  su sectarismo y egocentrismo cuasi clínico y capitalizado (usted es capaz de pegarle fuego a la casa de un hermano para asar la castaña de su vanidad y pedantería). Abunda  penoso anecdotario  en ese sentido. 

En el caso de un cronista oficial, se debe cuidar mucho las formas y ser más rigurosos, pues de lo que dicen sus informes, escritos o comentarios depende la historia de todo un pueblo. Basta por hoy;  por hoy, dada la gravedad del entuerto.

A continuación una irrefutable muestra (una por miles) de lo que pensaba y decía todo el mundo de habla hispana coetáneo y hoy, de José González Marín y, nuestros paisanos de la época que le conocieron y diariamente convivieron en el pueblo con él. Y a estas alturas vienen ustedes a distorsionar también en Cártama la historia real. Quizás mañana le acuse algunas contradicciones más a usted: