José González Marín no sólo salvó la imagen de la Virgen de los Remedios, patrona desde 1.485 (cinco siglos) de su pueblo de nacencia que sus paisanos frente populistas se disponían a quemar cual hicieron con el resto de imágenes de alto valor artístico, archivos cargados de historia de su pueblo y salvar una mirífica tradición de cinco siglos con hitos asombrosos, sino que restauró su ermita quemada y lesa por la ira de unos errados, y herrados, políticos y hasta allegando fondos verso a verso, estrofa a estrofa recitando por todos los escenarios de la España liberada, le compró el trono de plata a que alude el cuadro de cabecera de esta nota, porque el original de plata también lo destruyeron los del bando frente populista.
El daño de imagen y social que los detractores irracionales de esta personalidad le han hecho a su propio pueblo y paisanos no tiene parangón en toda la historia de los pueblos.
