jueves, 8 de octubre de 2020

 

         MI RIO  AMADO

Guadalhorce sereno, oye mi querencia

Que me viene sobre recuerdos lejanos

De tus aguas orladas de sotos nemorosos

En donde  abunda flora y fauna edénica

Que Virgilio me  recuerda en Églogas y Geórgicas.

Hay en ti, Guadalhorce, cenital ternura,

Majestad en tu porte y hermosura.

En tus aguas otrora claras, padre sol reverbera

Y las noche estrelladas en ti se reflejan.

Eres, Guadalhorce, un trenzado de siglos

Que alimentan la razón de mis quimeras

En el velo ensimismado de mis saudade  

Metáforas  de mi pueblo, tu canto y mi pena.

 Aún discurres milenario por la vega ubérrima

Entre sotos,  cañaverales, juncos y tarajes.

Amo a corazón latente al álamo vertical

Que desde tu orilla apunta al cielo,

En cuya fronda de ramas y trémulas hojas

Anida y arrulla la tórtola y el ruiseñor gorjea.