jueves, 1 de octubre de 2020

 

                     UN PAÍS SOMETIDO: ESPAÑA

            Erich Fromm (psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista, alemán de mitad del siglo XX), de quien he leído su obra, “Anatomía de la destructividad humana”, cita  como verbigracia de una de sus propuestas futuribles, un mito griego de la Edad de Hierro, que   viene a rezar: “A medida que se suceden, las generaciones van empeorando. Día vendrá que se habrán convertido en tan malas, que adoraran la fuerza; se someterán sin protestar al poder y dejaran de honrar al hombre de buena voluntad. Finalmente, cuando el hombre ya no se subleve contra el mal (ya está sucediendo), cuando ya no sienta vergüenza en presencia de lo  miserable, Zeus lo destruirá a su vez”. Pero incluso entonces, será posible aún hacer algo, si el pueblo  es capaz de reaccionar sólo para  anular  la acción de  los jefes que lo oprimen.

            Y el escritor, premio Nobel, Octavio Paz establece con clara visión de la realidad: La crítica, cualquiera que sea su índole, literaria, filosófica, moral, política sobre todo, no es a fin de cuentas sino un higiene social.”Es la única decencia que tenemos contra  el monólogo del caudillo y la gritería de la banda, esa dos deformaciones gemelas que extirpan al otro, al otro que nuestro semejante”

            Según estos solventísimos postulados, España (lo estamos viendo ya) está seriamente abocada al subdesarrollo y  la dependencia exterior.

            Decían otrora sus oponentes que Franco a base de futbol había alienado al pueblo español. Pero la realidad de verdad es que es actualmente cuando  el hombre está tan alienado que nada le sorprende ni interesa.

            En definitiva, el hombre hoy no es un lobo para el hombre cual se metaforizó otrora, pero hoy si un rebaño para algunos lobos disfrazados de la madre de los siete cabritos del cuento.