HOY,
HACE 65 AÑOS (1.956) QUE MURIÓ, JOSÉ GONZÁLEZ MARÍN
Fui autor de una
de las tres parte del libro, “EL FARAÓN DE LOS DECIRES”(José González Marí) que,
prologado por mi amigo, Manuel Alcántara (q.e.p.d), editó en 1.998 la Exma. Diputación de Málaga.
Titulé mi parte, “EL
SER HUMANO”, porque el haber gozado de su entrañable amistad durante 18 años de
mi vida, hasta su muerte, me dio ocasión de conocer la personalidad del
preclaro personaje nacido en Cártama, para honra de ésta, de la Comarca Guadalhorzana,
de España y de todos los pueblos de
habla hispana en tres continentes.
Yo quiero hoy
homenajearle en la memoria insertando uno de los capítulos de mí citado libro: “Razones
del corazón”, o sea, recordar vivencias de nuestra amistad que en mí siguen
vivas sin que ni siquiera la muerte la apague. Demostrado lo tengo.
Constituye, pues, esta aportación de hoy un recuerdo emocionado del ser humano
que conocí, el amigo paisano, “de andar
por casa”, por sus lares terruñeros, por cuyos campos tantas veces paseé en inolvidables charlas de las que siempre
aprendía y me enriquecía con sus propias vivencias y datos de personajes que
conocía de manera casi exhaustiva; con
el entrañable, Pepe González Marín,
integrado siempre en el común de sus paisanos sin distingos, y con los que
cuando se evadía de los proscenios y candilejas teatrales le encantaba estar,
charlar y convivir, porque amaba a Cártama y sus gentes y, bien que lo demostró haciendo el bien a manos
llenas. Solía decirme, “jamás me
desenraizaré: en Cártama he nacido, aquí vivo y aquí quiero morir y que se me
entierre para seguir con mis gentes hasta después de muerto…”
“Razones del
Corazón” lo escribí sin ponerle freno a la emoción que necesariamente suscita
el recuerdo de vivencias compartidas con el amigo ya ausente. Redacto, pues,
con la fruición afectiva a flor de piel y a rienda suelta de la nostalgia del amigo
leal que, aunque tan lejos en el
infinito, sigue próximo en la memoria y en el amor fraternal. Tampoco nadie
podrá decir que no lo tengo
demostrado, pues si su figura está recuperada, y lo está, es porque en ello he puesto tiempo y alma y, a despecho
de los que han zarandeado, y zarandean en un alarde de ingratitud, su ilustre
memoria.
Y quien más mal le ha hecho a la memoria del
mejor artista del mundo, nacido en Cártama, divulgador de la poesía y la cultura española
por todo el orbe de fabla hispana, son quienes más favores han recibido de él son quienes más le han injuriado, calumniado y baldonado
cuando ya no podía defenderse: El PSOE.
Sí, los demagogos “protectores”
de los mas desasistidos socialmente, y que en realidad hacen es robarlos en ERE (s) y otras derivas
espurias, con impuestos desalmados, con
cargas políticas inmisericordes, etc, y estos abigeos han sido, y son, los que
atreven a denostar al paisano más insigne y bueno, por rencores inmotivados y envidias
amarillas.
Él fue el que en vida y hasta después de muerto más bien ha hecho
por Cártama, hasta el extremo que si ésta tiene hoy indemne a su Patrona, La
Virgen de los Remedios y su multisecular
y gloriosa tradición mariana, Cártama se lo debe a él y, ¡¡qué mal se lo
están pagado…!!!, unos por acción posiblemente punible, al menos moralmente y,
otros, por cobarde omisión. Y, más aún: Fue él quien llevó la poesía al pueblo llano,
escenificada y compresible para todas las inteligencias; con esto sólo es susceptible
de erigirle un monumento y no quitarle su nombre al teatro que por Derecho
propio lo llevaba porque fue el artista
de Teatro precisamente con más aureola de todos los tiempos en el arte
más noble de las letras. A las hemerotecas me remito. Pero de la contumacia patológica
del gobierno del PSOE tenemos en la historia de
España, sobradas y elocuentes muestras.
A todo esto, el
bueno de José González Marín no necesitó,
ni necesita hoy a Cártama; es Cártama la
que necesita de sus hijos egregios vivos o muertos incluido su hijo predilecto
pluralmente condecorado con las más altas menciones.
Las rimas que en
su honor escribieron los troveros y las que él preferentemente recitaba en
sintonía consigo mismo, que tantas y tantas veces le oí en casa y en los
teatros de casi todas España cuando tenía yo vacaciones que me hizo su ayudante
escénico, será siempre una humilde referencia en mi humilde prosa. No puede ser
de otra forma cuando el verso, el arte y la amistad fue la cotidianidad de su
vida. Él mismo era poesía, verso y ritmo en sus gestos, talante y concepción
fundamental de la vida.
Es por mi parte
obligado agradecer de todo corazón, una vez más, a los pueblos
de Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande,
Coín, Álora, Pizarra, etc. y a
sus respectivos Ayuntamientos la especial ayuda que nos han deparado
ofreciéndonos a quienes hemos luchado para homenajear y desagraviar la memoria de tan
eximio personaje comarcano muchas veces y con distintos motivos. ¡Cuánto quiso
también a estos pueblos y estos en gran parte lo hicieron hijo adoptivo y,
rotularon calles y glorietas con su busto.
De especial
agradecer es el cariño que siempre en vida y a su memoria han manifestado las
Hermandades religiosas de estos pueblos e instituciones cuales Peñas,
Asociaciones, y Fundaciones como la de Coín que Preside mi amigo del alma J. M. García Agüera,
Moraos de ambos Alhaurines, etc. Mi gratitud por él a todos..
Hiere el ánima
contemplar como por contra, Cártama, su pueblo de nacencia, le vitupera y
calumnia una y otra vez.
Y, cantó el poeta:
Fue un hombre bueno. Un hombre
Que llamaba a las cosas por su alma.
En su mirada
había una luz sonriente y golpeada;
y por vivir practicó lo que nos salva:
el generosos afán, la mano abierta
que derrama
memoria y esperanza…
Dueño total de simples cosas mágicas…
Una tarde partió. Sin darse cuenta
Se le durmió el cansancio en la almohada.
En sus ojos cerrados por mí,
Se abría, con su muerte, su mañana”…