lunes, 31 de mayo de 2021

 

HOY,  HACE 65 AÑOS (1.956) QUE MURIÓ, JOSÉ  GONZÁLEZ MARÍN

Fui autor de una de las tres parte del libro, “EL FARAÓN DE LOS DECIRES”(José González Marí) que, prologado por mi amigo, Manuel Alcántara (q.e.p.d), editó en 1.998  la Exma. Diputación de Málaga.

Titulé mi parte, “EL SER HUMANO”, porque el haber gozado de su entrañable amistad durante 18 años de mi vida, hasta su  muerte,  me dio ocasión de conocer la personalidad del preclaro personaje nacido en Cártama, para honra de ésta, de la Comarca Guadalhorzana,  de España y de todos los pueblos de habla hispana en tres continentes.

Yo quiero hoy homenajearle en la memoria insertando uno de los capítulos de mí citado libro: “Razones del corazón”, o sea, recordar vivencias de nuestra amistad que en mí siguen vivas sin que ni siquiera la muerte la apague. Demostrado lo tengo.

Constituye, pues,  esta aportación  de hoy un recuerdo emocionado del ser humano que conocí, el amigo paisano,  “de andar por casa”, por sus lares terruñeros, por cuyos campos tantas veces paseé  en inolvidables charlas de las que siempre aprendía y me enriquecía con sus propias vivencias y datos de personajes que conocía de manera casi exhaustiva;  con el entrañable, Pepe González  Marín, integrado siempre en el común de sus paisanos sin distingos, y con los que cuando se evadía de los proscenios y candilejas teatrales le encantaba estar, charlar y convivir, porque amaba a Cártama y sus gentes  y,   bien que lo demostró haciendo el bien a manos llenas. Solía decirme,   “jamás me desenraizaré: en Cártama he nacido, aquí vivo y aquí quiero morir y que se me entierre para seguir con mis gentes hasta después de muerto…”

“Razones del Corazón” lo escribí sin ponerle freno a la emoción que necesariamente suscita el recuerdo de vivencias compartidas con el amigo ya ausente. Redacto, pues, con la fruición afectiva a flor de piel  y a rienda suelta de la nostalgia del amigo leal que, aunque tan  lejos en el infinito, sigue próximo en la memoria y en el amor fraternal. Tampoco nadie podrá  decir que no lo tengo demostrado, pues si su figura está recuperada, y lo está,  es porque en ello he puesto  tiempo y alma y,  a despecho  de los que han zarandeado, y zarandean en un alarde de ingratitud, su ilustre memoria.

 Y quien más mal le ha hecho a la memoria del mejor artista del mundo, nacido en Cártama,  divulgador de la poesía y la cultura española por todo el orbe de fabla hispana, son  quienes  más favores han recibido de él son quienes  más le han injuriado, calumniado y baldonado cuando ya no podía defenderse:  El PSOE.

Sí, los demagogos “protectores” de los mas desasistidos socialmente, y que en realidad hacen  es robarlos en ERE (s) y otras derivas espurias, con  impuestos desalmados, con cargas políticas inmisericordes, etc, y estos abigeos han sido, y son, los que atreven a denostar al paisano más insigne y bueno,  por rencores inmotivados y envidias amarillas.

 Él fue el que en vida  y hasta después de muerto más bien ha hecho por Cártama, hasta el extremo que si ésta tiene hoy indemne a su Patrona, La Virgen de los Remedios y su multisecular  y gloriosa tradición mariana, Cártama se lo debe a él y, ¡¡qué mal se lo están pagado…!!!, unos por acción posiblemente punible, al menos moralmente y, otros, por cobarde omisión. Y, más aún: Fue él  quien llevó la poesía al pueblo llano, escenificada y compresible para todas las inteligencias; con esto sólo es susceptible de erigirle un monumento y no quitarle su nombre al teatro que por Derecho propio lo llevaba porque fue el artista  de Teatro precisamente con más aureola de todos los tiempos en el arte más noble de las letras. A las hemerotecas me remito. Pero de la contumacia patológica  del gobierno del  PSOE tenemos en la historia  de  España, sobradas y elocuentes  muestras.

A todo esto, el bueno de José González  Marín no necesitó,  ni necesita hoy a Cártama; es Cártama la que necesita de sus hijos egregios vivos o muertos incluido su hijo predilecto pluralmente condecorado con las más altas menciones.

Las rimas que en su honor escribieron los troveros y las que él preferentemente recitaba en sintonía consigo mismo, que tantas y tantas veces le oí en casa y en los teatros de casi todas España cuando tenía yo vacaciones que me hizo su ayudante escénico, será siempre una humilde referencia en mi humilde prosa. No puede ser de otra forma cuando el verso, el arte y la amistad fue la cotidianidad de su vida. Él mismo era poesía, verso y ritmo en sus gestos, talante y concepción fundamental de la vida.

Es por mi parte obligado  agradecer  de todo corazón, una vez más, a los pueblos de Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande,  Coín, Álora, Pizarra,  etc. y a sus respectivos Ayuntamientos la especial ayuda que nos han deparado ofreciéndonos a quienes hemos luchado para  homenajear y desagraviar la memoria de tan eximio personaje comarcano muchas veces y con distintos motivos. ¡Cuánto quiso también a estos pueblos y estos en gran parte lo hicieron hijo adoptivo y, rotularon calles y glorietas con su busto.

De especial agradecer es el cariño que siempre en vida y a su memoria han manifestado las Hermandades religiosas de estos pueblos e instituciones cuales Peñas, Asociaciones, y Fundaciones como la de Coín que  Preside mi amigo del alma J. M. García Agüera, Moraos de ambos Alhaurines, etc. Mi gratitud por él a todos..

Hiere el ánima contemplar como por contra, Cártama, su pueblo de nacencia, le vitupera y calumnia una y otra vez.

 

Y, cantó el poeta:

 

Fue un hombre bueno. Un hombre

Que llamaba a las cosas por su alma.

En su mirada

había una luz sonriente y golpeada;

y por vivir practicó lo que nos salva:

el generosos afán, la mano abierta

que  derrama memoria y  esperanza…

Dueño total de simples cosas mágicas…

Una tarde partió. Sin darse cuenta

Se le durmió el cansancio en la almohada.

En sus ojos cerrados por mí,

Se abría, con su muerte, su mañana”…