AL DIOS BUENO
Dios de mis ayeres queridos,
Voy tras Vos corriendo hacia el
olvido,
Que al final es un renacer en Tu
Nido;
Allí yo te entregaré en mano los
valores
Que Tú me inspiraste, Padre mío,
En mi controvertido vivir terreno.
Señor mío de mi leve ser, yo te pido
Que ese pasado por el que río y lloro,
Encuentre su sosiego en el Edén prometido
Definitivo y eterno de Tú Reino,
Y ello me compense el desgarro de
dejar acá
Lo que tanto valoro y mucho quiero.
La mujercita buena si la ida me toca
antes,
Hijo e hija, nietos, amigos y, ¡cómo no!
Los enemigos que nos hicimos sufrir
Como humanos, pues de todos son los
pecados…
¡¡Así sea, Dios nuestro bueno…!!