viernes, 11 de agosto de 2023

LA FAMOSA PROCESIÓN DE LA VIRGEN LOS REMEDIOS  DE CARTAMA        

Es hoy necesario recordar que,  José González Marín lleva años en la Casa del Padre  y,  no necesita en absoluto de Cártama; somos nosotros  los  que necesitamos  (¡¡ y cuánto…!!) de la memoria bienhechora y famosa  del egregio cartameño, al que, por desgracia, su pueblo tiene olvidado cuando no, denostado.

SI TENEMOS  HOY EL TESORO MÍSTICO DE NUESTRA MADRE, LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOS REMEDIOS Y SU GLORIOSA TRADICIÓN MULTISECULAR,  SE LO DEBEMOS A ÉL. QUE NADIE LO DUDE.

***

Las  campanas agoreras   de Cártama famosa,

fueron siempre heraldos centenarios  del tiempo

cuando lanzan  al aire sus repiques de gloria

cada veintitrés de abril   desde siglos lejanos.

Los repiques  de campanas   espantan a  vencejos y palomas

que  raudas cruzan el espacio cual saetas voladoras:

¡es el día mariano de Cártama que celebran con unción

miles de devotos nativos y peregrinos.

Es el día de una Virgen morenita y chiquita,

que mora en el un día nombrado, “Santuario de la Hispanidad”.

 

Durante el desfile procesional, una   bulliciosa caterva  de zagales

rodean jubilosos a Miguel, “El Morenito”, pirotécnico,

que va lanzando al aire   cohetes  y ruedas con  petardos.

 

  Tras el trono, el cortejo con   el cura revestido y el Concejo.

¡¡Es la procesión de la “Virgen de  los Remedios”,

Patrona de Cártama, regalo que fue, con su Santuario, que nos hicieron

 los Reyes Católicos, Isabel y Fernando!!.

 

Apiñados van  los devotos con sus cirios  encendidos,

en testimonio de fe en la Virgen pequeñita y milagrosa.

 

En doble fila la procesión  ya está en la calle

y aún dentro del  entrañable  Templo,

emocionados y orantes, quedan devotos romeros.

 

La cruz parroquial sale escoltada por fieles,  del lugar sagrado

para unirse en su marcha  al cortejo

y, un ¡¡Viva la Virgen de los Remedios…!!

humedece de piedad  los ojos

de la multitud  que integra  el religioso desfile .

 

Por fin,  la Virgen en su trono gana la calle

a hombros de hombres y mujeres,

y la tradicional plaza, hoy destruida, se enciende de bengalas

que desde los balcones son  como exvotos de fuegos en cascadas.

 

Se oyen musitadas espirales de oraciones

Entre el aroma bíblico  del incienso,

y las  místicas   campanillas   del  Trono tintinean

mientras andando hacia atrás cara  a Ella muchos

devotos portan   grandes velas  cuya luz tremola;

ellos son notarios de milagros  que la Virgen hízoles

que en silencio íntimo  expresan con sus hachas llameantes.

 

Un silencio  de velas  en sendas filas  recorre el itinerario,

y el niño de la mano de sus padres nos recuerda

con Jesús que de  ellos  “es el Reino de los Cielos”

lo que  los hombres por  egoísmos insanos tenemos   olvidado.

 

En fechas aciagas, que bien recuerdo,

las madres y las novias pedían a la Virgen

por quienes  luchaban en lejanas trincheras

y,  las “Madrinas de Guerra” , oraban por  el soldado  “ahijado”

a la Virgen tan presente porque ELLA

en los brazos de un juglar piadoso

por allende  la mar océano navegaba

hacia el lejano continente (que Colón nos legara),

 peregrina de excepción huyendo de la quema aviesa,

a aquellas repúblicas hermanadas   con la Madre Patria

donando  cada uno de sus mandatarios banderas  como exvotos

 que orlaran siempre los muros del “Santuario de la Hispanidad”.

 

Al ya cansado anciano al que los años curvan,

al verse de cara con su Virgencita, unas lágrimas le chorrean

   con disimulo enjugadas  con  los pliegues del pañuelo

mientras a la Virgen mira  suplicante y esperanzado.

Los  veintitrés de abril de cada año, todo el pueblo y la comarca

creyente, en reatos de devoción acuden a la  procesión,

  engrosando  el bendito devenir  de siglos y siglos de tradición.

 

Quienes banalizan en Cártama  por inconfesables  designios

este tesoro  de cielo en la tierra, no tienen conciencia

de que si acabaran con el hito, no le quedaría, como

dijo el sabio escritor, de raíz cartameña,  Don Salvador González Anaya

en el prologo de su novela sobre Cártama, “El Llavero de Anica la Pimienta”,

 no le quedaría a nuestro pueblo de valor cultural  más que los consabidos

“chismes y chumbos”….