CEDIDO POR LA ASOCIACIÓN ERMITA LOS REMEDIOS
Podemos demostrar
documentalmente que esta Asociación Vecinal lleva años abogando por un
enlace de los autobuses Cártama Málaga, y viceversa, con el Hospital Clínico,
en aras del tan necesario medio de traslado de enfermos, especialmente mayores con
pensiones ínfimas, lo cual, debiera mover, la conciencia de los
responsables, que la suplen con un descocado énfasis y arrogancia insultante de pretendidos
servidores del pueblo. Tal contradicción e incoherencia no les saca
las vergüenzas a los autores del
sangrante entuerto.
Nos consta que el Ayuntamiento de Cártama ha intentado la
solución reiteradamente sin obtener
respuesta justa a tenor de los tiempos
que corren, de las Instituciones a las que atañe
el problema, instituido en
flagrante agravio comparativo al establecerse servicios para asuntos lúdicos: a playas, Centros
Comerciales, etc. Un insulto intolerable perpetrado por una sociedad sana de cuerpo, a enfermos y mayores, como también a
universitarios que, de paso, se
beneficiarían del mismo servicio. Pero, como siempre, prevalecen los intereses
mercantilistas sobre el bien público.
Hoy está nuevamente de actualidad (por cierto de forma demagógica por partidos
políticos, Plataformas y Foros) el
“caso” del Hospital Comarcal del
Guadalhorce, imperando un marcado y casi grotesco afán de protagonismo, que deja
entrever que lo que menos importa es el bien de los futuros usuarios enfermos,
sino el tanto que cada quisqui quiere apuntarse
con tal parodia. No se es capaz de solucionar un problema tan sencillo
como hacer que unos autobuses toquen en su ruta
en el Hospital Clínico que le coge de paso, y se pretende arreglar el morrocotudo "affaire".
del Hospital Comarcal.
No es que tal empecinamiento contra los más débiles, que
carecen de medios para pagar un taxi cada vez que han de desplazarse al
hospital para someterse a pruebas médicas sea punible ni dolosa pero, si
viscosa moral, social y políticamente. A excepción del equipo de gobierno, ninguna asociación, Plataforma,
Foro, Hogar del Jubilado, etc, han tenido tiempo de plantarse ante las
instituciones que tienen la solución a plantearle in situ, y en sus propias
barbas, tan injusta e inhumana situación. Mucho cacareo desde las baldas de su
propio corralito; eso sí.
Sea también este escrito una autocrítica nuestra; procuraremos, coherencia, en la medida de nuestras escasas posibilidades.