miércoles, 16 de mayo de 2018

MI ENTREVISTA A TELEVISIÓN COÍN



Ayer 15 de mayo, día de San Isidro Labrador, precisamente, me grabó una  entrevista televisiva TV.--Coín, que se  enmarca  dentro de las justas literarias que en la comarca se llevan a cabo como  homenaje al  labriego, patronal y trabajadores asalariados, a su cultura y a sus abnegados sacrificios solidarios  en beneficio de la humanidad desde la noche de los tiempos.
Pasé una gratísima mañana en Coín, acompañado de  Antonio Fuentes Franco, que me llevó y trajo en su coche. El entrañable equipo de la Televisión Municipal que dirige mi antiguo amigo, Miguel Aguera, grabó la entrevista  en el coqueto parque con flores ubicado en el  solar del antiguo mercado de mayoristas coineño, que tantos recuerdos me suscita de mi época labriega.
 Me senté en uno de los  bancos de las calles que hacen los setos  y, así, sentado, transcurrió toda la grabación, con la nota pintoresca de que la gente que pasaba se paraba a ver qué era lo que  nos traíamos  entre manos.
Abordé a uno de estos vecinos de edad antañona y le pregunté si era o había sido labriego. Por supuesto que sí; quién no, a esa edad y  en un pueblo como Coín de tradición agrícola. Yo le enseñé mi libro, “ECOS DE LA ALHÓNDIGA”, y le dije que era un homenaje que el autor y editor proponían hacerle a todas  las nobles y abnegadas gentes del campo de la comarca guadalhorceña; que el libro se presentaba en Coín el día 24 de mayo y que la presentación del autor la haría el hombre de pro e ilustre coino, don José Manuel García Agüera y, que yo, si le veía por allí le regalaría a él  mi libro.
Antes de despedirse, el buen hombre me preguntó de sopetón:
-- ¿Usted es  de Cártama?
--Sí, lo soy.
--Y, ¿conoció usted a González Marín…?
¡¡Dios, y que tenga yo que venir a Coín para ver que un hombre del común  pregunta con admiración por González Marín…!!
 Es que de él ha escrito, un ejemplo entre miles y miles,  Manuel Alcántara: ”Si en el cielo, según rumores no confirmados, tiene un sitio quienes pasaron por el mundo haciendo el bien, allí estará el hombre que se pasó la vida divulgando la poesía a los cuatro vientos, en dos continentes (diríase en  tres) para que los versos se quedasen en la memoria del aire”…”…Era el cartameño no sólo un actor, sino un actor y toda la compañía…”  Y, así, se podría decir que fue el hombre del Teatro que más prensa consumió de la crítica teatral, siempre laudatoria,  durante la primera mitad del siglo XX.
Un hombre de record en  bondad y arte, que llegó a todas las clases sociales con su voz y mímica declamatoria, que personalizó la cantiga mariana más mirífica que conoce la historia, cual se desprende de la  pregunta del labriego de Coín, pueblo del que era hijo adoptivo el artista, como de los de media España y, aquí en Coín, le  tienen dedicada una glorieta.
Pero, en su pueblo natal, los contados, pero vocingleros e insidiosos creadores de corriente de opinión espuria desde la plataforma del poder, le vienen vituperando, denigrando y tratando de sumir en el oprobio su memoria, hasta el extremo en la estulticia macandita de que le han quitado su nombre al Teatro (precisamente al Teatro), que lo llevaba.  
De entre todos los sectores que deben gratitud (y no lo contrario) a José González Marín, el que más le debe es el PSOE; me remito al acta de la Sesión de  Pleno del 20 de febrero de 2.014, amén de otras razones irrefutables. Jamás fueron capaces de explicar la razón de quitarle el nombre del eximio genio de las candilejas cartameño. El nuevo nombre es un manido topónimo, con flagrante falta de ortografía. Castigo de Erato por tan roma insensibilidad cultural. Con lo que uno quiere  a su pueblo y tener que ver estas cosas por culpa de algún, o algunos, indigentes intelectuales.