Los que quitaron su nombre ("José González Marín") al Teatro de su pueblo que lo llevaba desde su creación, y tal entuerto cultural con abuso de poder tal cunde hoy, no están en condiciones de comprender, ni paladear, ni captar su significado laudatorio que para su pueblo tiene soneto, ni quien era su autor que que al leer su nombre seguro que se malician que fue un futbolista.
Así está el patio por estos pagos inculturales.