Grave amenaza de muerte en el ABC de la parte republicana, a José González Marin porque llevaba en el Barco que lo traslada a Iberoamérica la Virgen de los Remedios a fin de salvarla, para su pueblo, y que continuara en él de generación en generación la tradición advocación mariana a la Patrona la Milagrosa Virgen Trinitaria de los Remedios, de naturaleza devocional y no instituida alcaldesa perpetua de Cártama en aras del voto espurio y mercantil y no de su dulce y entrañable espiritualidad del pueblo sencillo.
Por ello y por las acertadas palabras que le dirigió el Aedo desde el escenario al último Presidente de la fracasada y pro soviética II República española, Sr. Casares Quiroga, éste considerándose al parecer burlado por quien "a través de las azules distancias" se llevaría consigo en el buque "Cabo Santo Tomé" con ocasión de una una inminente turné, ni más ni menos que la multisecular imagen real de la famosa y milagrera Patrona de su pueblo, Nuestra Señora de los Remedios que, ya había sido sentenciada al fuego por el liberticida e iconoclasta comité frentepopulista, que ya había quemado todas las reliquias religiosas de la parroquia titular, de San Pedro y, el Santuario Mariano de la Hispanidad que así, según el escritor Maximiano García Venero, se le llegó a llamar al de nuestra Virgen de los Remedios en el que hoy, Ella es mera ocupa, por obra y gracia de una Corporación de antecedentes peores que laicos. Al final este Santuario fue saqueado y, todos sus interiores genuinos, quemados. <<<<<<<<<<<<<<
En el cable se ordenaba al capitán del trasatlántico la detención de José González Marín al capitán del barco, a la altura de Brasil, detenerlo y retornarlo esposado a España con carácter de urgente y suma XXX custodia. Urgente, porque el navío debía ser adaptado para traer al bando republicano aviones y tanques rusos, a cambio del tesoro que de todo los españoles nos robaron los honrados republicanos hispanos aunque por ingente cantidad nos dieron una miseria. Prieto y Largo Caballero nos robaron la otra mitad que se llevaron en el yate Giralda que robaron y le pusieron de nombre VITA; y con tan enorme cantidad del tesoro robado, lo pasaron a cuerpo de rey en México los "patriotas" republicanos.
Casares Quiroga (otro "prenda", último Presidente de la II República) no fue obedecido por el capitán capitán del Barco que, delante de Antoñico que pasado algún tiempo me contó emocionado la escena, le enseñó a Pepe González Marín el cable presidencia, y arguyó:
---Pepe, amigo mío, tú con tus versos y canciones de la España querida que dejamos atrás quizás para siempre, has paliado la angustia y zozobra de todos los que vamos en el barco, y no sería yo quien te detuviera y retornarte a una muerte segura. El barco, cuando vuelva a España
"Voy a simular una avería del barco para tocar tierra en el puerto brasileño de Rió Grande; le daré permiso para una breve salida al pasaje y, tú aprovecharás para llevarte tú maletín con Ella a Buenos Aires vía Uruguay por tierra y, Antoñico que siga con el atrezzo hasta destino en donde, amigo mío, te prometo estar en tu debút y anunciado homenaje en el Teatro San Martín..." " No seré yo quien cumpla tan injusta orden y, por ello, no te detengo...; todo el pasaje marineros te debemos que durante toda la travesía has venido paliado paliandonos el dolor y las angustias con tus versos y tus cantos de las cosas de España que dejamos atrás. alegrado la travesía de el pasaje de exiliados huyendo en tierra extraña que le dio orden al capitán del barco