(1) Este apunte está recogido del libro Romances del 8oo, dedicado de puño y letra por Villalón a González Marín de esta guisa: "A mi querido amigo González Marín el admirable creador de la viva Andalucía" la estrofa que se numera es añadida de puño y letra por González Marín en aras de la musicalidad del verso. Tofdos los poetas, incluído Lorca, le autorizaban para estas licencias; es más, se lo agradecían. Los asesores taurinos de esta película eran otros dos amigos del alma de González Marín: Ignacio Sanchez Mejías y Manuel de Cossío.
****
Aunque en este blog el autor trata de apartarse de toda cuestión que pudiera tener visos de política (estamos por encima de ella tal están las cosas, aunque los políticos como personas tienen todos mis respetos), se hace obligado una reflexión.
Lo que antecede, como tantos otros ya aportados y existentes en las hemerotecas y en el propio archivo de este autor, constituye un testimonio más sobre el prestigio que paralelo al suyo propio, González Marín regaló a su pueblo a lo largo y ancho de btres continentes; sólo la indigencia intelectual y molleras hueras pueden negar a estas alturas tal hecho cierto.
Pero, no sólo dio prez y prestigio a su pueblo durante su vida, sino que hoy, Cártama goza de referencias emblemáticas gracias a nuestro paisano, Pepe González Marín: Sin él. no existiría la tradición mariana de la Virgen de Los Remedios (la tradición de Semana Santa y sus célebres "pasos", acabó cuando fueron quemados en 1,936 sus titulares, sus enseres y archivos, y lo mismo habría ocurrido con la Patrona. La historia es la historia, y ante ella no valen sectarismos fanáticos; al final la verdad acabará imponiéndose.
Pepe Gonzále Marín, aunque les pese a algunos antipueblos, salvó la auténtica imagen de la nuestra Patrona de la quema, y después, restauró, allegando dinero a base de recitales líricos por España, la Ermita que también había sido quemada en gran parte; el trono de plata que fue expoliado, también lo mandó recosntruir él, y pagado de su bolsillo, sin ser un hombre adinerado, pues sólo era un arristas de teatro. Y así podríamos citar cientos de hitos benéfícos de esta insigne figura cartameña que dio, y da aún, fama y prestigio a su pueblo.
Cabe una pregunta ¿ Quiere el auténtico pueblo noble de Cártama prescindir cual se empeñan unos pocos por designios inconfesables, de la memoria de su preclaron hijo, Exmo. Sr. don José González Marín? ¿Es de recibo que unos cuantos piensen y decidan por todo el pueblo, y se atrevan a quitarle, prevalidos de un poder prestado, el nombre del Teatro que lo lleva, y para eso se constriuyó, en su pueblo de nacencia?
Ese proceder lo que está consiguiendo es dejar a todos los cartameños en ridículo por España entera. Incluso, parece mentira, ante la Institución Monárquica nos dejaron en vergonzante evidencia al intentar que la Reina, Doña Sofía, se prestara a chanchullos pesebreros y aceptara minimizar con el suyo el nombre de la figura más excelsa de la escenificación pòética de todos los tiempos, gloria de España, nacido en Cártama.
Seguiremos el sendero de nuestra bella historia día a día