Año 1.949, mes de diciembre. Acompañé a Ronda en su viaje en tren (como tantas otras veces a distintos puntos de nuestra geografía), a Pepe González Marín. Al día siguiente de su recital en esta Villa, cuando bajábamos al holl del hotel, el recepcionista entregádole una tarjeta le dijo que ese señor le esperaba en el salón. No hizo falta ir hacia él, al vernos se levantó se presentó como Pedro Pérez Clotet, poeta y abogado.
Nos invitó a almorzar aquel día en su casa de Ronda --compartía estancia con Villaluenga del Rosario (provincia de Cádiz, en donde había nacido) y Sevilla--, lo que constituyó para mi una experiencia inolvidable y fui benifiado de un raudal de noticias de los recovecos literarios, políticos, artísticos etc, de primera magnitud durante el almuerzo y la sobremesa en un salón que era un museo orlado de recuerdos llamativos.
Supe que en aquel mismo salón de estar celebraron tertulias con el anfitríón personajes como Miguel Hernandez, Jorge Guillén, Dionisio Ridruejo (falangista como Pérez Clotet, de ahí el ostracismo actual de la memoria de éste, ¡malhaya quienes roban la historia de forma torticera en aras de ideales más espurios que los que gratuitamente baldonan!), José María Pemán, Luís Rosales, Gerardo Diego, Alberti, Muñoz Rojas, Adriano del Valle, Villalón, hermanos Machado, Altolaguirre, Emilio Padrados y, un dilatado rol de gentes del arte, del teatro, del toro, etc, muchos de ellos colaboradores de la Revista literaria, "ISLA", fundada por Perez Clotet,y, editora, precísamente, de los pomarios cuyas portadas se insertan arriba.
Tras más de cinco horas en la casa del poeta, visitamos algunas otras personalidades y sitios de interés, y al siguiente dia, retornamos a Cártama. Al entragarle al recitador los libros que le había regalado el vate gaditano, me dijo: "Le echaré un vistazo y después, te los devuelvo para que tengas un recuerdo de este viaje que tanto te ha gustado"
Supe que meses después el poeta de Villaluenga habia venido por Cártama, pero era fecha lectiva y estudiaba yo en Cabra.
Que pena que la memoria de poetas de la enjundia literaria de Perez Clotet no sea exaltada y dada a conocer con la profusion que sus méritos demandan.
He aquí una mínima muestra del numen rotundo de este poeta:
LA HISTORIA (ALEGORÍA)
"La Historia va, sumisa, llorando de desdenes.
Revive aquel amor, aquel bello silencio...
Un oscuro fantasma se acerca vacilante
por las grises esquinas del tiempo sepultado.
La Historia va cayendo como una densa arena,
como un reloj perdido que pulsa sus recuerdos.
La Historia es una sombra que quiere despertar
a los mismos que siguen recorriedo sus caminos)...
Y, qué decir de su prosa ensayística:
DE QUEVEDO Y JULES RENARD
"Finas, ágiles, bellísimas --belleza puntualmente celebrada--, son las morosas, amorosas descripciones de animalñes que, con emocionado pulso, trazara el maestro Fary Luís de Granada, al recoger los claros reflejos de la bodad y la sabiduría divinas en el mundo de la naturaleza (parecen escritas estas páginas para ecologistas). Fray Luís utiliza, en su loa, las mejores luces de su opulento estilo, y nos describe con minuciosidad casi de naturalista (más hermosa palabra que la de ecologista -¡que cursilada!- y de teólogo que también fuese poeta) todas sus propiedades y excelencias...