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Según la bella mitología griega, la reina de Esparta, Leda ( Imágenes, 2, 3 y 4), seducida por Zeus, tomando la forma de un cisne, tuvo de este dios una hija que sobrepasó en belleza a todos los mortales, Helena (Imágen nº 1), uno de los personajes más controvertido y lírico que ha inspirado el arte de todos los tiempos.
Helena, cuya belleza cautivó al Troyano Paris, fue raptada por éste que se la llevó a Troya, patria de París, lo que provocó una larga guerra entre ambas ciudades estado.
Esta guerra inspiró el primer poema épico de la humanidad, La Ilíada, del ciego Homero (autor también de la Odisea y otras de enorme trascendencia literaria). La Iliada contiene una serie de nombres épicos y topónimos que aparecen en rojo en la imagen nº 5, así como Esparta y Troya.
La escultura, la pintura, la literatura, la escultura y la poesía mundial de todos los tiempos han sido beneficiarios de este bello mito, hasta la actualidad ( figura 4).
En la poesía moderna, el tema fue exaltado por el gran poeta nicaragüense, Rubén Darío, en composiciones de este tenor:
Por un momento, oh Cisne, juntaré mis anhelos
a los de tus dos alas que abrazaron a Leda,
y a mi maduro ensueño, aun vestido de seda,
diras, por los Dioscuros (1), la gloria de lo. cielos
Es el otoño. Ruedan de la flauta consuelos.
Por un instante, oh Cisne, en la oscura alameda
sorberé entre dos labios lo que pudor me veda,
y dejaré mordidos Escúpulos y Celos...
............
...De orgullo olínpico sois el resumen,
¡oh, blancas urnas de la armonía!
Ebúrneas joyas que anima un númen
con su celeste melancolía.
¡Melancolía de haber amado,
junto a la fuente de la arboleda,
el luminoso cuello estirado
entre los blancos muslos de Leda.
(1) Los Dioscuros eran también hijos de Zeus adoptando otra de sus muchas formas para el amor.