Leo en la prensa que la alcaldía de Zaragoza ha decidido quitar el nombre del Príncipe Felipe a un Pabellón de Deportes en Zaragoza; y ello, desobedeciendo una orden judicial en contra, osea en clara prevaricación legal. Es tristes que algunos alcalduchos de corte bilivarianos se crea por encima de la ley, de la razón y de la historia.
El lesivo resultado de distorsionar la Historia real, tal hace la Ley de Memoria histórica del nefasto Zapatero, es que las nuevas generaciones no pueden aprender de ella y, están lamentablemente expuestas a repetirla. Ser político es algo muy serio y responsable y, los políticos actuales, salvo las evidentes excepciones, son analfabetos funcionales disidentes del tajo muchos de ellos. Mal asunto.