domingo, 18 de octubre de 2015

LA CRÍTICA


            Hoy nos toca hablar de la crítica; otro día será “DE  LA AMISTAD”, de lo que decía D´Aurevilly: “Amigo hasta  el olvido, hasta la indiferencia, hasta la ingratitud…”

            Se oye decir, principalmente en gente de izquierda que, como se argüía en el franquismo, “la crítica debe ser constructiva”, es decir, la crítica, proponen, debe ser la no crítica, que es como decir que debe ser políticamente correcta, y así lo invocan hoy  zocatos y diestros; aquellos con más énfasis. Pero la crítica es, sencillamente, la verbalización del análisis.

            Ciertamente, un sistema político que no admita la crítica (análisis razonado de comportamientos, hechos, actos y situaciones), o la coarte o enmascare de alguna forma, sin lugar a dudas no es un sistema de gobierno democrático. Y para que exista la crítica ha de haber, necesariamente,  libertad. Todo, por supuesto, dentro de un marco jurídico realmente independiente que vele por  el cumplimiento imparcial de la Ley, cuya expresión magna es la Constitución. Una ley en la que quepan privilegios o excepciones de personas es lo contrario a un sistema democrático.

            El Nóbel Hispano Americano, Octavio Paz,  en la Conferencia de Jerusalén en 1.977  dejó escrito: “La crítica, cualquiera que sea su índole, literaria, filosófica, moral, política, psicológica, no es  a fin de cuentas sino una higiene  social. Es  la única decencia que tenemos  contra el monopolio del caudillo y la gritería de la banda, esas dos deformaciones gemelas que extirpan al otro, al otro que es nuestro semejante”.

           
            La crítica fundada y leal (no la políticamente correcta que es adulación al que “manda” siquiera mínimamente) protege al individúo del proceso de alienación en la sociedad actual, tanto por parte de la derecha como de la izquierda, que conduce inevitablemente al totalitarismo de unos estados que gobiernan a sus ciudadanos manipulándolos a través de la corrupción de los conceptos (la peor de todas las corrupciones posibles), de la escuela, los medios y redes sociales, la sociedad de consumo, etc.


            Tras haber   anotada la genial definición que Octavio Paz nos dejó sobre la crítica, creo lo más acertado dejar cerrado  el tema en este punto.