jueves, 2 de junio de 2016

OBSERVANDO Y PENSANDO


No somos más que una tilde en los renglones de la historia universal y, sin  tilde, el eco de la historia sería otro. Lo mismo, haciendo un símil,    ocurre con  un inglés  que, si le quitamos la tilde, lo dejamos en mera ingle.

Ha desaparecido el mundo de los Quijotes; los Sanchos sobre rucios  imperan y campan  a sus antojos; los ideales nobles han muerto, o sestean, el positivismo del placer grosero prima y las tinieblas del error los envuelve.


Un niño suele encontrar la felicidad en un juguete; un joven en una mujer; un hombre en el hogar y, la felicidad de un anciano reside, casi siempre, en la honradez y  en ser respetado por ello.