martes, 16 de julio de 2019

AQUELLOS TIEMPOS


Más  de una vez, cuando mi padre, teniendo yo unos 8,9 años, me mandaba a Málaga en el autobús de línea (El Blitz con  ) a verificar en la Delegación de Industria el Manómetro de la prensa del molino de aceitunas que tenía, hacía tiempo para por unas pesetas darme un paseo en barca hasta la boquera del puerto y volver. Era uno de los atractivos que ofrecía Málaga a quienes de los pueblos íbamos a la capital.