OBSERVANDO Y
COMPARTIENDO
España demuestra hoy que el “hombre no es un
lobo para el hombre”, sino un rebaño para unos cuantos de lobos.-
Hace veinticuatro siglos Aristóteles
definió al hombre como un animal
político. Probablemente hoy lo definiría como un rebaño capado. Somos masa propicia a los bastardos intereses de una
clase política que nos obnubila con una
palabrarería vaciada de contenido que nos tragamos como si fuera ostias
consagradas. Decía Erich Fromm (“Anatomía de la destructividad humana” Siglo
XXI): “A medida que se suceden las generaciones
van empeorando”. Ya han llegado a ser tan malas que adoran la fuerza que
las somete y dejará de honrar al hombre íntegro y de buena voluntad. Cuando el
hombre ya no se subleve contra el mal, cuando deje de sentir vergüenza en
presencia de lo miserable, es que ha
depuesto toda clase de principio: la
verdad, la amistad, la religión reflexiva,
el sentido de la justicia, el afán inicuo que hace esclava a dicha
sociedad para convertirse tal se evidencia hoy, en balante manada.