domingo, 25 de julio de 2021


OBSERVANDO Y COMPARTIENDO

             España demuestra hoy que el “hombre no es un lobo para el hombre”, sino un rebaño para unos cuantos de lobos.-

            Hace veinticuatro siglos Aristóteles definió al hombre  como un animal político. Probablemente hoy lo definiría como un rebaño capado. Somos  masa propicia a los bastardos intereses de una clase política que nos  obnubila con una palabrarería vaciada de contenido que nos tragamos como si fuera ostias consagradas. Decía Erich Fromm (“Anatomía de la destructividad humana” Siglo XXI): “A medida que se suceden las generaciones  van empeorando”. Ya han llegado a ser tan malas que adoran la fuerza que las somete y dejará de honrar al hombre íntegro y de buena voluntad. Cuando el hombre ya no se subleve contra el mal, cuando deje de sentir vergüenza en presencia  de lo miserable, es que ha depuesto toda clase  de principio: la verdad, la amistad, la religión reflexiva,  el sentido de la justicia, el afán inicuo que hace esclava a dicha sociedad para convertirse tal se evidencia hoy, en balante manada.