YA, ¡¡NI CHUMBOS...!!
Muerta su madre y él en las postrimerías de su
vida, don Salvador decidió cumplir la
promesa que un día hizo a la madre. La
tituló, “El llavero de Anica
En
el prologuillo de la de Cártama,
González Anaya viene a decir: “Cogí el tren, y, arribé a Cártama, pero
salvo
Tuve la inmensa suerte de acompañar al escritor durante 10 días por los caminos, realengas, tajos y cortijadas del municipio recogiendo datos concretos y, sobre todo, el ambiente social del pueblo de su madre. Fueron 10 inolvidables días de 8 de la mañana a 2 de la tarde en 1.949, repletos de anécdotas. Don Salvador a lomos de una pastueña burra con aparejo de fiestas y, yo, de un mulo resabiado y pingón capaz de matar un mosquito de una coz; pero mis 18 años eran más contundentemente disuasorios que las muladas del mulo; don Salvador se reía a mandíbula batiente de mi lucha con la mala bestia. Mi padre no nos pudo dejar otras monturas porque era la temporada de trilla y las necesitaba para la era y en la barcina.
Pasó
el tiempo y murió Pepe González Marín; pero
su memoria, haciéndose realidad
lo observado y escrito por don Salvador en su prologuillo, fue brutalmente
lesa mediante los chismes más falaces y denigrantes. La única razón (espuria, por
supuesto), puede estribar en la envidia de determinados estamentos locales al
haber salvado
Cuando volvió a primeros de 1.938, y devolvió la sagrada imagen al pueblo, también había sido quemado su Santuario, que él reconstruyó, como el trono de plata que había sido expoliado, allegando fondos al efecto por todos los escenarios de las capitales y pueblos de Andalucía, verso a verso, arpegio a arpegio, en jornada de tarde y noche. Ello es historia que está en los anales.
O sea, que Cártama tiene actualmente 365 días
de gloria y beneficios, con cenit apoteósico cada 23 de abril y todo el mes de
mayo, por Pepe González Marín, Hijo
predilecto de
Cártama
tenía una tradición semanasantera de las
más ricas de la comarca (verdes, moraos y pasos en vivo) y, al ser quemadas sus
imágenes titulares esta tradición se
acabó y acabada sigue, siendo posiblemente el único pueblo de la comarca que no
cuenta con estas manifestaciones populares. Cabe pensar, que igual hubiese
ocurrido con la multisecular tradición mariana de
Pues
bien, y en congruencia con el título, murió el juglar (la tradición e imagen de