RECIENDUMBRE
(Humilde soneto con estrambote)
Dame, Señor,
el recio vigor
De aquella
encina en la montaña,
Cuya copa al
terral resiste
E impertérrita
al hacha mella.
Qué pena,
encina, de España
A cuyos políticos
los enajena
Afanadero de
gente sin alma
Que en tu
mal pactan con morralla.
Me refiero
algunos, Padre mío,
Que poco les
importa España y
La han llevado
a la sima Satánica.
Yo,
Señor, te pido sueños con
El cielo que
Nos tienes prometido,
Y cuando sea
ya la hora de la Barca
****
En la otra
orilla me reciba un coro
De queridos
seres, que desde ha tiempo
En este
viaje me fueron precediendo
Y me
consuelen de amores que aquí dejo.