jueves, 22 de febrero de 2024

 

NOTA PREVIA.- Yo no sé  si, lo que sigue es, o no, poesía, pero cada cual ensalza sus emociones hacia el abnegado campesino como Dios le da a entender.

¡¡OH CAMPESINOS, (PADRE DEL ALMA)!!

 

No nací yo donde hubiese querido:

Debajo de un olivo de tupida copa

Arrullado por un engorar de tórtolas

A su  nidada de huevos blancos

Que reventaran en tortolitos

Volando de olivo en  olivo.

 

Pero nací, mi  sino  así lo quiso,

En un rústico cortijo agareno

Llamado siglos y siglos, “La Alhóndiga”,

En donde los moros otrora, almacenaban

El trigo de sus cosechas  y, por ello,

Al Guadalhorce llamaron “El río

Del pan de trigo”, candeal y rubio.

 

Padre Sol no era aún el Rey del día

Y la Luna careaba sus  cabrillas de estrellas

Por los manchones  del firmamento,

Camino ya de las piqueras del cielo,

Huyéndole  a la aurora de la que ya

Asomaba   su tumbaga de diamantes.

 

Pero ahora más que nunca, al labriego

 Le lesan su abnegado trabajar la dura tierra

 En aras del pan de la humanidad, sequías,

 Inundaciones, plagas cientos, intermediarios

Avaros y, lo que es más lacerante;

Un gobierno de ignorantes y mamasopas del bote

Que como los cangrejos, van de culo en la gobernanza.

Y ahí están los abnegados y pacíficos labriegos

Tirados con sus tractores en las carreteras día y noche

Mendingándole justicia y apoyo a un gobierno

De mangantes, tahúres y merdellonas intelectuales.