miércoles, 17 de abril de 2019

MI PESAR POR LA MUERTE DE UN AMIGO



Como un amigo me trató  y, por ello, yo siempre me sentí, y me siento, honrado; privilegiadamente honrado. Así  de generoso era, el gran columnista y poeta, MANUEL ALCÁNTARA,  quien en estos momentos cruza la Laguna Estigia en la Barca de Caronte; desdicha fuerte para los  que quedamos aquí sin poder leer ya su columna de cada día en el Diario SUR.

            Aquel día de  1.998, le llamé por teléfono:  “Manolo, tengo necesidad de hablar contigo…” “Vale, te espero hoy a las 8 en el Corte Inglés que voy a firmar ejemplares de mi libro , “Fondo Perdido” y, de paso, te regalo uno dedicado. Hasta luego, un abrazo”.

            Cuando entré  en donde presentaba su libro, me tenía uno dedicado que me regaló y conservo como oro en paño.

             Le pedí que me prologara mi  libro escrito  con dos amigos más, “EL FARAÓN DE LOS DECIRES”, semblanza del egregio artista  cartameño, JOSÉ GONZÁLEZ MARÍN, cuyo borrador le entregué. A los tres días me citó en la cafetería del Hotel Larios y, me dio mecanografiado el prólogo que escribió, del que espulgo los siguientes párrafos:

Este libro es la historia de un hombre en el que la carne se hizo Verbo. También  es una lucha contra el olvido….(que) se mitiga con páginas como estas, exaltadas y documentadas….” “…Este libro le rescata de los territorios del olvido” “…Fui uno de sus beneficiarios. A él (a GONZÁLEZ MARÍN)  debo mis primeros  escalofríos ante el indescifrable hecho poético…” “Si en el cielo… tiene un sitio quienes pasaron por la vida haciendo el bien, allí estará el hombre que se pasó la vida divulgando la poesía…en dos continentes para que los versos se quedasen en la memoria del aire…”
Agotada la edición

Adiós, Manolo Alcántara, siempre estarás en el recuerdo de quienes te conocimos, quisimos  y leímos  asiduamente.