miércoles, 3 de abril de 2019

1 DE ABRIL: LO QUE NO ES DE RECIBO (I)



El día 1 de abril de 2.019 pasado, se cumplieron 80 años (¡casi un siglo!), del final de la guerra civil española. El día 30 de marzo de 2.019, yo he cumplido 88 años; es decir, viví  con capacidad intelectual de percibir debidamente los hechos, parte de la II República, una  terrible guerra entre hermanos (civil),  todo el franquismo  --- con una postguerra de hambre y miserias--- y, lo que llevamos de la llamada Democracia.
            Se por tanto de qué estoy escribiendo tras leer en toda la mercenaria prensa e ídem  medios televisivos, etc, la interpretación  torticera y parcial que se hace de esa cruel guerra, y de sus causas y culpables.

            Y, a tenor de ello digo, para empezar, y  con todo fundamento, que no es de recibo que se hayan olvidado, capitalizadamente,  los esfuerzos por una reconciliación ya iniciados   en los comienzos  del propio franquismo,  con el rigor histórico facilitado por la proximidad de los hechos, cuando aún estaban las heridas sin cicatrizar y sin siquiera salir del asombro de las muertes cainitas  quienes sobrevivimos a ellas (es mi caso, que explico en mi nuevo libro en elaboración, “Memoria histórica de un niño de la guerra” que, con dolor al recordarlo, eso fui).

            Y se consiguió, fui testigo fidedigno de ello con el precio de siete familiares muertos, cauterizar las heridas que todos sufrimos  por culpa de aquella brutal  guerra,  cuyas causas y culpables están meridianamente claros si  nos atenemos a una leal mirada historiológica, y no a lo que se está haciendo con la verdad histórica, con el relato de la realidad de verdad  distorsionado de forma presuntamente dolosa y groseramente partidistas.

No es de recibo  La Ley de Memoria Histórica, porque  no tiene  de noble ni de verdad otra cosa que el invocar que todos los muertos de ambos bandos tengan una sepultura digna; eso es lo único misericordioso  y pacífico que ofrece hablando y tratando, nada menos, que  de una tragedia colectiva de la que al escribirse de ella, jamás puede estar ausente la caridad, el perdón y la misericordia. Bendito sea este particular capítulo de dicha  nefasta  Ley. ¿Por qué Felipe González, que ya habló de ella y dibujó algunos trazos, no la propugnó? Porque entonces aún vivían muchos españoles que sufrieron  tan aciagos tiempos y episodios, y le iban a tachar  en sus barbas  de solemne sectario  y embustero.

 Pero es verdad que los españoles se perdonaron mutuamente,  y ello fue ratificado  por quienes, de todos los partidos, diseñaron los caminos de la democracia constitucional, conciliación  que  ratificó   el pueblo español  votando ¡por primera vez en la historia! la, fedataria de ello,  Constitución de 1.978.

Y, no es de recibo, para finalizar esta 1ª PARTE de mi  entrega, que continúe la espuria instrumentalización de una pretendida superioridad  moral de las posiciones ideológicas, mesiánicas y totalitarias de quienes  hundieron la II república y provocaron la guerra que perdieron: la izquierda. Duele ver y oir pontificar sobre aquella tragedia a politiquillos que nacieron ayer y han escalado puestos en el "comeero" de la política, engañando a la gente sencilla y crédula. No, no están sobrados de sentido deontológico y de coherencia estos tales.

En la II parte continuaré con los, “NO SON DE RECIBO”, para que callen los que distorsionan gravemente la Historia insultando las inteligencias, incluso las más roma. .