MUJERES QUE
CONOCIERON A CRISTO Y, SU PAPEL EN EL EVANGELIO.
La menciona El Evangelio sobre 20
veces. María de Magdala (La Magdalena) es, quizás, la mujer de presencia más ostensible, la figura menos difusa en la nómina femenina del Evangelio; obtuvo más presencia que
el resto de mujeres que nominan los Evangelios. De Ella dice Lucas que siguió a
Jesús en Galilea y le acompañó a Jerusalén como algunas mujeres más que habían sido curadas de distintas dolamas y demonizadas alguna de ellas por el Maestro, al que escoltaron hasta el
Gólgota, y, desde lejos, asistieron a su martirio y muerte en la Cruz.
Cuando el cuerpo del Crucificado fue
bajado y sepultado, decidieron ungirle con aromas cual era tarea e las mujeres entonces, el cuidar el
cuerpo de los muertos, lo cual fue
costumbre inveterada hasta casi pasado en el siglo XII de nuestra era.
Hubieron de esperar hasta el final de
la Sabbat (oficio divino propio del
sábado) para comprar los perfumes y, la
mañana de Pascua, al apuntar el alba,
volvieron las piadosas mujeres al sepulcro y lo encontraron abierto y la piedra
desplazada.
Huyeron presas del miedo y avisaron a
los apóstoles, de los que acudieron
Pedro y Juan. Que junto con Magdala se aseguraron de el cuerpo no estaba
ya en la tumba y, de marcharon haciendo
toda clase de cábalas lógicas del
hito que estaban viviendo, ni más ni menos que el más transcendente de la Historia cristiana de la Humanidad desde hace 2.100
años.
Sólo María Magdalena se quedó en la
puerta del sepulcro llorando. “¿Por qué lloras” le preguntaron, según el
Evangelio dos ángeles,. “Se han llevado a mi Señor y no sé donde está ”. Dicho
esto, María, al volverse vio a un hombre al que toma por el jardinero, quien al llamarla
por su nombre, María reconoce en Él a Jesús, que le ordena anunciar a sus
discípulos, ¡¡¡la resurrección!!!, siendo así que la Magdalena fue el primer testigo
de tan grandioso y trascendente episodio base de la religión cristiana; Ella
fue, en definitiva también, apóstol de los APÓSTOLES.(SEGUIRÁ)