miércoles, 16 de enero de 2013

EL MÁS AGRAVIADO DE CÁRTAMA SIENDO EL MÁS NOBLE DE SUS HIJOS


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González Marín, Gran amigo de García Lorca (al que fue el único que se atrevió  recitar y representar sus obras tras ser  asesinado en la guerra civil),  sintonizaba  ampliamente en el noble empeño de llevar la cultura al pueblo: El granadino con sus obras y su Teatro ambulante, La Barraca, y el de Cártama llevando por el orbe entero de habla hispana la poesía de los poetas de España de todos los tiempos, incluidos los neófitos de nuevas generaciones  que daba a conocer a los cuatro puntos cardinales, cual muestra el suelto periodístico de se inserta arriba.

Por eso, Pepe González Marín,  gozó del cariño expreso de todos los intelectuales, gente del arte y de las candilejas, poetas, políticos (de cualquier ideología) y, lo más importante, del pueblo llano de todos los puntos geográficos de aquende y allende el mar; dicho suelto periodístico y, miles más, lo certifica.

Citaba de memoria con frecuencia, compartiéndolo y haciéndolo suyo,   lo que  su entrañable amigo, Federico García Lorca  dijera en una conferencia con ocasión de la inauguración de una biblioteca en su pueblo natal,  Fuentevaqueros. He aquí unos trozos de aquella conferencia:

"Cuando alguien va al teatro, a una fiesta literaria o, a un recital de poesías,...siento una gran melancolía, no por la gente de mi casa, quesería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad  y  es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las  reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos... bien está que todos los hombres coman., pero que todos los hombre sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu  humano porque lo contrario es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede colmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan y unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita leer...

Fedor Dostoyeusky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado de desoladas  llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, y sólo decía: "¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!..." Y termina.

"Ya ha dicho el gran Menendez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: Cultura, Cultura porque solo a través de ella se pueden resolver (ojo, a esta advertencia en la España de hoy) los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno  de fe, pero falto de luz"

 SERÁ TEMA DE OTRA APORTACIÓN