Al comentar en cierta barra ferial esta noticia (paradójicamente
se hablaba de política), que por otro lado y del mismo tenor es una constante
en España, mi interlocutor, atenido al tan manido, "peores son
los otros", va más lejos y, sabedor de mis concepciones
religiosas, trata de meterme aviesamente el dedo en mis sentimientos y,
me inquiere con las cejas enarcadas, como ufano de su sapiencia: "¿Es
que la Iglesia
es inocente...?". Evidentemente, el pollo tenía ideas fijas y
consignas ad hoc concretas que defendía a trote y moche, lo cual me
indujo a rehuir la controversia con tan recalcitrante sectario.
Saco de anaquel un libro temático ("Orientaciones
sociales", Vilacreus), y rememoro lo que al respecto dijo la Iglesia y los adalides
marxistas:
LACTANCIO: 245 d. C, escritor y comentarista
cristiano: “Dios nos dio la dio la
tierra en común, no para que una avaricia irritante y despiedada se alzase
con todo, sino para que los hombres viviesen en comunidad y nadie estuviese falto de lo
que nuestra común madre había producido con tanta liberalidad y
magnificencia” “...más cuando loos
hombres se apartaron de Dios, desapareció este comunismo primitivo y se
violó aquel pacto de la sociedad humana. Desde entonces empezaron a venirse a
las manos, a armarse acechanzas unos a otros y a tener a gala la efusión de
sangre humana” (“Divinae
Instituciones”, libro V, cap. 5)
SAN
BASILIO: (329-379): Posiblemente teniendo en cuenta a los políticos de la época
y sus lacayos ideológicos, escribió: “Has sido hecho ministros de un Dios
liberalísimo,m eres administrador de los bienes de tus hermanos. No piense que
todo hay de servir a tu codicia y tu gula; dispón de lo que posees
como cosa ajena” (Destruam horrea mea, nº 2)
“Como los grandes ríos se les da vado por diversos canales para que su
agua llegue a todas partes de la tierra y
las haga fructificar, así los que tienen bienes de fortuna deben hacer
que lleguen por diversas vías hasta las últimas capas sociales”
Es un auténtico gozo
del intelecto leer en estos tiempos a estos autores de la antigüedad, como las
Encíclicas Papales que abordan el tema: Rerum Novaron de León XIII, Populorum
Progresio, de Pablo VI, etc.etc., pero
no tenemos espacio para ello.
Baste decir hoy que, Carlos Marx, al escribir
sus obras se inspiró en tales textos religiosos. Puede que otro día los aborde
más ampliamente, en textos y autores. Pero, veamos lo que dijeron algunos de
sus seguidores, y juzguen:
VESINIER: “Nosotros
debemos negar atr5evidamente a Dios, a la familia y a la patria”
LENIN: “Proletario, si tienes al alcance de tu
mano un fúsil o un cañón tómalo. Hay
muchas cosas en el mundo que deben ser destruídas con hierro y
fuego...Prepárate para poner en obra estos instrumentos de muerte y de
destrucción...”
“Es moral todo aquello que resulta útil al
partido comunista”
LATZIS:
“...Nosotros necesitamos jefes que
sientan un odio mortal”
Yo, nada digo de mi experiencia de 82 años y decenas
de libros trasegados sobre el tema.