MIS UNIVERSO, CARMEN CERVERA
No está de
más comentar algunas veces cosas de la
vida más amables que la corrupción y los tejemanejes políticos que nos tiene
con el ánimo compungido. Hablemos hoy de la guinda que Dios le puso a la tarta
de su creación: La mujer.
Año 1.974,
una malagueña de Vélez Málaga, Amparo Muñoz (n.21.6.1954), consigue el título
de Mis Universo en concurso celebrado en Manila. Su mérito, obviamente, una
belleza fuera de lo común. Cuando una española llega a triunfar en el mundo por guapa, como
si lo hace un equipo de futbol, el país se
resarce de sus fracasos y se vuelven a
poner las colgaduras de la raza y del
alma en balcones y ventanucos, que aún quedaban
entonces.
Amparo Muñoz, pese a sus merecimientos,
renunció a la corona de Mis Universo a los seis meses de obtenido. Cosas de la
envidia de los humanos.
No le fue
difícil al jurado elegir a Amparo Muñoz; en lo bello femenino lo era en todo su
recorrido anatómico y, en especial, su cara, realmente asombrosa, cual Friné romana. Pero, qué mundo tan pequeño el nuestro. El premio a la belleza
física, su gloria, sólo dura un año
en que es sustituida por otra
belleza, a saber de que trozo del planeta tierra; la belleza física como
valor sustancial es un tópico fugaz; pasado un año sólo queda en la memoria de
una mayoría silenciosa. Salvo que, eso sí, ponga sus redondeces anatómicas al
servicio del cine (esto hizo Amparo Muñoz que filmó un buen puñado de
películas), o case con un famoso, en
este caso, con un compañero de rodajes, el cantautor Patxi Andión y antes se
hablo de un noviado con el actor, Máximo Valverde, y también estuvo unida
sentimentalmente al productor de cine Elías Querejeta, y ya en 1.983 casó con
Flavio Labarca, chileno, e incluso le dio tiempo, pese a su temprana muerte a
los 56 años, a convivir con Víctor Santiago
Rubio Guijarro. Al parecer su
afición a las drogas fue lo que le llevó a la tumba. Escribió un libro de
significativo título, “La vida es el
precio”
En definitiva,
cuando una bella española llega a mis universal, España es diferente, al menos
por un año.