Durante su exilio por America para que no la quemaran en su pueblo los consabidos, en una de aquellas repúblicas le regalaron, y le enviaron por conducto aparte (la vuelta de la Patrona fue desde Nueva York), un trono orlado con la efigie de Franco y el Yugo y las Flechas falangistas.
José González Marín devolvió dicho trono con caracteres políticos (el que se inserta en la foto de arriba) y, le encargó urgente, costeado por él, uno nuevo a Paco Palma (hijo), que aparece en la foto de abajo.
Esto les sentó muy mal a los falangistas de Cártama que se metieron con González Marín y, ahora, los hijos de aquellos falangistas, algunos de ellos socialistas, lo denostan porque dicen que fue falangista y, además, porque a González Marín, como cristiano, le repugnaba que fueran partidas armadas a la sierra a perseguir supuestos rojos; él había dado ejemplo de coherencia cristiana librando cuando regresó de América a Cártama, a 36 presos de izquierda que en el cuartel de la Aurora estaban esperando ser trasladados a un campo de concentración.
Según un informe de la Universidad de Oviedo, en cuanto a calidad de vida de los pueblos con más de 10.000 habitantes (económica, cultural, laboral, etc), Cártama es el último de Andalucía y el sexto de toda España por la cola.
La gestión de un Ayuntamiento no se debe valorar por lo que enfáticamente dicen que han hecho, sino por lo que a tenor de los impuestos y posibilidad no han hecho habiéndolo poder hacer.
Este es el segundo aviso ante tanta mentira y sectarismo barato fundamentalista.