CORRIMIENTO
DE ESTRELLAS
Fue impresionante la
breve secuencia de no más de algunos
minutos que el pasado viernes pasó por pantalla, 13/TV, del corrimiento
sideral de estrellas.
Sobrecoge la misteriosa
y grandiosa belleza del hecho, repetido puntualmente
en la misma data de cada año desde sabe Dios (¡sólo Dios!) cuántos miles de
milenios lleva repitiéndose el fenómeno arcano. Que aparte Dios, sólo los
vislumbran los poetas…
Desde niño me impacta
la escena entre el místico-filosofo, San
Agustín recalcitrante meditador, y el niño de la playa. Paseaba el Santo Sabio
un día (meditando) por la playa de su Numidia africana en do nació del vientre de Santa Brígida, cuando reparó
en aquel niño que jugaba en la arena intentado con una concha marina meter todo el agua del mar en un hoyo en la
arena que había hecho con sus manos: Y, al ser preguntado por él místico, así
se lo dijo.
--- Hijo mío, empeño vano el tuyo, el mar es
infinito...
--- Señor, más infinito hizo Dios el cielo
y el universo todo y, usted no para de cavilar tratando de meterlo en su
limitada cabeza de humano…
El niño despareció misteriosamente.