REFLEXIONES
LITERARIAS
Viendo el “pelaje” de la mujer política de hoy
en día, nos embarga el temor de que
Gustavo Adolfo Becquer se equivocara en
su célebre estrofa lírica, “…mientras la
mujer exista, habrá poesía…”
El sevillano vate parece que con su exaltación romántica de la vida
erró en no pocos de sus vaticinios como, en otros, acertó “… de
la triste alcoba, en silencio, todos se salieron,…Dios mío qué solos se quedan
los muertos…!
Pero yo, me quedo con el extremeño Gabriel y Galán: “…y
busqué una mujer como mi madre entre las hijas de mi noble pueblo…/Un milagro
de Dios que ver me hizo otra mujer como la santa aquella…!/ Componían mis únicos amores, la amante compañera, la
patria idolatrada…y, mi casa del lugar sencillo y entrañable…”.
Por favor, que no se entere la ministra del
ministerio bajoventrero de que un humilde escribidor de un pueblo de la baja Andalucía se atreve a escribir de este
tenor porque, entonces, me armaría una zapatiesta gritando a los cuatro
vientos: ¡¡FACHA, FACHA…!!.
Y añade Gabriel y Galán: “Qué feliz fue siempre
mi casa y con qué solidez está unida la
tradición y la honradez en ella…”
En esa mi casa tengo un loro parlanchín que, si
alguien pronuncia dentro “Gallardo” o “Tomiza”, el papagallo los
asocia con alcalde o su edil teniente y arma una escandalera alegando en su torpe
argot: “Lagarto, lagarto, lagarto… y,
ssssguenzas, sssguenzas” y, a ver quien entiende al loro..-