IN MEMORIAM (Felix Hidalgo Santana)

Gestiones en Madrid para obtener beneficios para Cártama e inauguraciones posteriores

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La última década de su vida fue un calvario: Llevó en sus ya debilitadas espaldas, una abrumadora carga de culpas inmerecidas, incluidas incriminaciones que le llevaron a la amarga experiencia y oprobio moral de pasar un tiempo en prisión por denuncias de familia, que son las que más laceran. Le dije un día que, abatido, se me lamentaba de ello: Siempre ha habido gente honrada que ha dado con sus huesos en la trena por “calumnias levantás”. Además, amigo mío, también en prisiones, la calumnia y la envidia encerraron a Fray Luís de León, en donde éste escribió los diálogos de su obra cumbre, “Los Nombres” sublimes del Príncipe de la Paz; míralo todo desde ese prisma de hombre entero y verdadero... Y es que, solía paliar su infinita soledad desahogándose conmigo en la intimidad de mi despacho, cascándosele casi siempre la garganta en detrimento de la fluidez de su plática por la tensa emoción que la rememoración de sus vivencias, y su trágica indefensión, le producían hasta casi el ahogo. Tal era el cúmulo de paradojas infames sufridas en los últimos estadios de “su perra vida” que, por el desenlace final, es dado colegir tenía ya en bien poco aprecio. Buena prueba de ello era, pese a saberse muy enfermo del pecho, el continuado consumo de cigarrillos uno tras otro. Y, por fin, la muerte acudió a su virtual cita con ella: Félix Hidalgo Santana se marchó de la vida una reciente madrugada con sequedad de amores y soledad de abundantes ingratitudes de los beneficiados con sus no pocos favores. Fue un día triste, como son todos los días de muertos, aunque en el de su hégira al misterio, el doblar de campanas de su entrañable pueblo, por el que tanto hizo, era premiosamente triste, dolorosamente lento en su clamor de agonía. Al saber la buena gente del pueblo por quien tañían tan ominosamente los esquilones parroquiales, la plegaria quedaba restringida a una sola y dolorida palabra: “¡¡¡Pooobrecito...!!!, guardándose en los pliegues del alma el comentario que pugnaba por salir. En sus palabras de réquiem, escuchadas con clamoroso y sobrecogedor silencio por el gentío que abarrotaba el Templo, el bondadoso Párroco puso toda la caridad humana y solicitud cristiana que, en vida, tanto se le negó (no por el sacerdote) a Félix Hidalgo Santana, pese a lo necesitado que de ellas estuvo hasta la muerte. También desde la vertiente evangélica, el ecuánime Párroco dejó claro cuales son los dramáticos efectos de la insidia, la difamación, el bulo tendencioso y la calumnia. Félix Hidalgo Santana, fue maestro (o profesor, si se prefiere) por vocación, dotado de una gran capacidad y voluntad para transmitir los saberes a sus discípulos durante varias decenas de años en Cártama, su tierra natal, llevando a cabo su ministerio lectivo de forma irreprochable. Sus alumnos lo recuerdan con gran cariño. O sea, inició por el camino del gusto a la cultura varias generaciones de cartameños.

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También fue Félix Hidalgo Santana alcalde de su pueblo (1.975-1978). Indudablemente, fue uno de los mejores alcaldes de la historia de Cártama, como avalan las realizaciones que llevó a cabo en sólo tres años. Son de este tenor, sin agotar la lista:

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--Remodeló el suelo de la Plaza de la Iglesia, en Toto su perímetro deteriorado por los siglos. Con motivo de ello se afloraron las ruinas del pueblo ibero-turdetano, ya central núcleo urbano en la noche de los tiempos, del que partían otras ramificaciones hasta el río, coronado en la llamada plazoleta del Castillo con un “castro” u “oppidum” ibérico.

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--Remodeló la Plaza y el albergue cubierto del emblemático “Pilar Arriba”. A la calle que sale de esta plaza para la Ermita la denominó con sentimiento terrtuñero, de María, Soledad y Josefa, alusivo a las tres hijas de José Alarcón Luján, dos o tres veces alcalde de Málaga, nacido y vecino de Cártama, cuya última hija, Josefa, casó con Casimiro de la Muela Gnecco hombre de pro cartameño.

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--Remodeló la calle Arriba, antiguamente Calle Hospital, hoy Concepción, hasta la punta Este del pueblo.

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--Dotó al Grupo Escolar con ocho nuevas unidades. --Enchinó la calle Compás y remodeló la calle “Cagarrutas” --Asfaltó la actual calle Juan Carlos I en todo su recorrido.

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--Idem calle González Marín, aunque la terminó el alcalde siguiente, José Escalona

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--Idem Cuesta de Reventó, por primera vez en la historia de Cártama.

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--En el antiguo Patio de la Música (parte lindera a Juan Carlos I), derribó el cutre local de la Hermandad de Labradores y del Frente de Juventudes, levantando en su solar en concierto con Cajade Ahorros Ronda el Edificio en donde tanto tiempo estuvo la Hermandad, un Hogar para el Jubilado, céntrico, y otros locales para Juzgado, etc.

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-- Derribó el antiguo Mercado de Abasto de Calle Juan Carlos I, y en su solar levantó un edificio de tres plantas que habilitó para la Hermandad de Labradores, Biblioteca Pública Francisco Romero y, usos sociales en la última planta.

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--Levantó otro edificio en el antiguo matadero municipal para el Mercado de Abasto, que aún perdura con el mismo fin.

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-- Inició las obras del actual Polideportivo de Cártama-pueblo que al irse dejó casi terminado.

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-- Igualmente fue iniciativa suya la creación del Hogar del Jubilado que aún subsiste en san Rafael Alto.

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--Compró el llamado Santo Cristo en la punta oeste del pueblo, cuyas obras de desmonte y nivelado empezó para allí instalar cada año el ferial de abril y septiembre.

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----En CARTAMA ESTACIÓN llevó igualmente a cabo importantes mejoras:

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--Asfaltado de la calle Carmen Juanola.

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--Traída de agua a la Fabriquilla y a otros enclaves cuala la Loma de Cuenca.

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--Reforma de la Escuela de la fabriquilla, y otras actuaciones, en ésta y otras Barriadas cuya enumeración harían excesivamente largo este escrito de desagravio y reivindicativo.

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--Alumbrado de la Travesía Central de la carretera Cártama a Málaga.

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--No obstante, y para más constancia documental, a continuación se inserta un amplio muestrario fotográfico que da fe de la actuación, como Alcalde, de FÉLIX HIDALDO SANTANA, q .e. p. d.

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¡Ah!, un pequeño detalle de insignificante importancia: El presupuesto municipal rondaba los 37.000.000 de pesetas (hoy, 230.000 Euros) y, ni alcalde ni concejales cobraban una sola peseta, pese a trabajar en firme por el pueblo. Francisco Baquero Luque

Corrida de toros en plaza portátil instalada en el Campo de Futbol, quizás la primera que se celebró tras la guerra civil.