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Arriba, texto de una carta personal al erudito e investigador malagueño, Narciso Día de Escobar, que le dirige Salvador Rueda, el "poeta de la raza", malagueño, creador con Rubén Darío de la corriente poética, El Modernismo, que tanta implantación tuvo en Europa y América. En ella aparece el juicio que le merece el arte del cartameño, González Marín, entonces en París terminando de filmar, tras hacer lo mismo en Berlín, algunas secuencias de la película, "El Embrujo de Sevilla", junto con la célebre tonadillera sevillana, María Albaicín. Con ellos participaron nada menos que los actores Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Guevara (padres de actores célebres de todos conocidos, como Amparo Rivelles), dirigidos por Benito Perojo. Para ello, y tras fuertes presiones, González Marín hizo un alto en su nueva faceta de recitador, consagrado ya entonces, como también lo hizo a petición del autor, para estrenar en Madrid una de las obras de Federico García Lorca, su gran amigo.
Conviene recordar que en esta ocasión, el actor cartameño,llevaba encargo de las personalidades de Málaga, de entrevistarse con el genial pintor, Pablo Picasso, a fin de intentar que volviera por Málaga. El pintor le dijo: "Pepe, recítame poemas de mi tierra y sus poetas, como Salvador Rueda, pero no volveré por Málaga..."
La data que aparece al dorso de la foto es de puño y letra del eminente rapsoda de Cártama que, por cierto, constituye un autógrafo inapreciable.
González Marín, no quiso seguir haciendo cine, porque para él no era auténtico arte, como sugiere la pare final del recorte que se inserta a continuación.