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Uno más de los muchos viajeros extranjeros que, bien de paso o expresamente, visitaron Cártama en siglos pasados, especialmente en el XVIII que nos dejaron abundantes testimonio de aquella Cártama de otrora.
Todos coinciden en la dejadez e ignorancia de los alcaldes y del pueblo en general, que destruian y nadeaban los vestigios arqueológicos y monumentales de enorme valor que daban fe de nuestra asombrosa historia.
Por fortuna, parece que las nuevas generaciones se están interesando más por nuestras raíces, pese al mal ejemplo que le venimos dando los mayores. También es cierto que ese inquietud intelectual por saber de nuestra historia no deben aprovecharla advenedizos pseudo eruditos que con audaz pedantería ofrecen una versión de nuestra historia distorsionada e ideologizada.
El mejor antídoto contra esa "patología" fanatizada, es adquirir la cultura a través de la lectura de buenos libros y desdeñar las ínfulas didácticas de pretendidos y rutinarios eruditos a la violeta.