AA.VV. Ermita Los Remedios (decana de Cártama)
Para aclarar las dudas de algunos políticos con acusadas
inclinaciones patrimonialistas sobre la
cosa pública, en relación a la duda que establecen sobre la legitimidad o no de esta Asociación Vecinal para participar en las reivindicaciones sobre el Hospital
Comarcal, concisamente aclaramos a tan indemócratas políticos:
1º.- Nuestros Estatutos
llevan décadas aprobados por la
Junta de Andalucía, y en su clausulado recogen ese derecho de
forma explícita, y, concretamente, lo referido
2º.- Esta Decana AA.VV.
Ermita de los Remedios, formó parte de la Plataforma Pro un Hospital Comarcal como socio fundador
de la misma en el año 2.005. Dicho lo dicho, vamos al grano:
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Por
enésima vez y, a lo “aquí mando yo...”,
con un par, la Consejera de Sanidad de la Junta de Andalucía, volvió a
culpar ayer en el Parlamento Andaluz al
Ayuntamiento de Cártama del retraso de la apertura del CHARE de la comarca del
Guadalhorce, dando a entender que no había fecha prevista para su apertura,
porque “para ello es necesario que se
habiliten infraestructuras eléctricas”, que en vez de 300.000 Euros de
costo cuando se hizo el nefasto convenio, de dudosa legalidad, y hoy resulta
que su precio está en ¡2.000.000! de
euros ¿por qué este desproporcionado aumento? Alguien deberá explicarlo, como por
qué le corresponde pagarlo al
Ayuntamiento de un pueblo arruinado y atosigado a impuestos.
Según la Consejera de Sanidad, la
parálisis “responde al incumplimiento del
Ayuntamiento de Cártama --del CHARE son beneficiarios 12 pueblos
más, conste el dato más que extraño--
de sus compromisos en relación
al convenio firmado en su día” Pero, tales compromisos, de haberlos en
regla ¿son a tenor de ley o, a soslayo de ella?, porque a quien sin duda alguna
compete pagar en su totalidad el CHARE
es a la Junta
de Andalucía ¿No se excede la
Sra. Consejera acusándonos
una y otra vez a todos los cartameños --el Ayuntamiento somos todos-- de
informales e incumplidores de nuestros compromisos, cuando todo apunta que es
ella la que no tiene palabra ni razón?
¿No podría constituir todo ello una presunta vejación injusta a toda una
comarca? ¿Cómo, por qué motivo, bajo que condiciones o presiones
corporativas, sentimentales o desproporcionadas se firmó, si es cierto que
se firmó, tal compromiso? Estamos ante otro vergonzante “affaire” de la Junta de Andalucía, tan
pródiga en ellos. Por cierto, con una pequeña porción que se recuperara de los
ERE, no habría cuestión con el imprescindible, Hospital Comarcal del
Guadalhorce; ¿va usted entendiendo, señora Consejera?
Pero, ahora
resulta que la Consejera
de marras alega que el Ayuntamiento de Cártama, tras haber puesto a disposición
de la Junta
unos formidables terrenos obtenido mediante recalificaciones de extraño pelaje,
debe hacer también, amén de las infraestructuras eléctricas, el acceso al
Hospital desde la autovía, la acometida de saneamiento, la de abastecimiento de
agua por ser “cuestiones que competen al
Ayuntamiento” Hace unos días el Ayuntamiento de Cártama publicó sus cuentas
en todo eufórico a tenor de los ratios que aducían positivos. Al parecer no
incluía en el pasivo esta pendiente de definición del Hospital Comarcal, con lo
cual el balance se sitúa posiblemente en parámetros de virtual quiebra. ¿Se
puede hacer eso con un pueblo y con una comarca?
Todo esto
es un sinsentido transaccional, y posiblemente legal (veremos que opina el
Defensor del Pueblo del gobierno central; el de Andalucía ya nos defraudó
cuando esta Asociación puso el “affaire” en su conocimiento en 2.005), porque
es obvio que la Junta
no puede condicionar la terminación de unos servicios vitales para una comarca
alegando que quien le debe dinero al efecto no le paga. Su deber es terminar el
Hospital (como está obligada en todo caso y deponer ya su cara dura y afán de
cargar lo que le corresponde a ella a pueblos inermes), y después, si realmente
existen los deudores que dice, cobrarles por la vía legal que corresponda, pero
jamás eludir sus responsabilidades de gobierno con trampeos dialécticos nunca
de recibo.
Pero la
señora consejera no perdido ocasión de venir una y ciento de veces a hacerse la
foto ante el Hospital que engorda su ego desaforado. En este país, de poca
vergüenza se anda regular, tirando a peor.