Aquel año de 1,985, pude llevar a cabo un sueño largamente mantenido: Recorrer las Alpujarras granadinas siguiendo las huellas de Geral Brenan, Pedro Antonio de Alarcón, García Lorca y otros, cuyas obras leía desde mi juventud y me apasionaban, y apasionan. En otras entregas iré aportando documentación gráfica de este viaje por tierras con profundos y ancestrales ecos de nuestra historia para aquellos que no conozcan este bello trozo de nuestra geografía patria, a quienes puedan interesar. Allí encontré a un colega periodista del Ideal de Granada y, a una chica, que me sirvieron de deferentes y bondadosos cicerones, de lo que dejo aquí reiterada gratitud.
Sigo agradecido al autor de este poema en décima alusivo.